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AMOR EN BARCELONA


 Laura vivía en Barcelona, en la parte alta de Barcelona, concretamente en el barrio de Pedralbes, su familia tenía un negocio en la calle más cara, la avenida Pearson, una joyería que era frecuentada por toda la aristocracia, era fácil ver a algún rostro conocido de la televisión comprado.

Laura tenía una vida privilegiada, rodeada de lujos y comodidades, a pesar de tenerlo todo, ella anhelaba emociones nuevas, se deprimía con la monotonía de su vida, ella no era feliz frecuentando los lugares más emblemáticos de Barcelona. Aquel 18 de mayo, cambiaria su vida para siempre, mientras paseaba por el conocido Barrio Gótico, distraídamente se giró y noto unos ojos que le estaban observando, ella también mira a los ojos de esa persona fijamente.
Él era Abdullah, un inmigrante africano que llego a Barcelona en busca de una oportunidad. Éra un chico bastante guapo, de cara y de corpulencia fuerte, con el tiempo pudo comprobar Laura que era una persona con bastante carisma entre sus conocidos, aunque su vida estaba marcada por las adversidades y los desafíos a los cuales tuvo que enfrentarse. Después de aquel encuentro casual, sin saber todavía los nombres, volvieron a verse otra vez en el mismo sitio, no fue casualidad, los dos querían volver a verse, uno de los dos tenía que dar el primer paso y ese fue Abdullah. Se acercó hacia donde estaba ella. —tienes fuego—le pregunto —no, yo no fumo—contesto —es curioso, yo tampoco fumo, pero no sabía cómo empezar a hablar contigo— —como te llamas— pregunto Abdullah —Laura— —quieres que tomemos un café en ese local—señalando la granja Dulcinea —vale, pero te invito yo—contesto la chica Tomaron chocolate con churros, y compartieron un gofre con helado y nata. Después de más de dos horas de charlar y conocerse, tenían que volverse a separar, ella tenía que regresar a su jaula de oro y él a su apartamento compartido con cinco africanos más. Fueron pasando los días y todos y cada uno de ellos se encontraban para hablar y conocerse más, ella se dio cuenta de que ambos sentían una atracción irresistible, a pesar de las diferencias decidieron hacer el amor en una pequeña pensión cerca de las ramblas. No paso mucho tiempo y la relación de la pareja llego a oídos de los padres de ella. Intentaron por todos los medios que se dejaran de ver. —Laura, hija, estás destrozando tu futuro, esa relación no te conviene— —yo sé lo que es bueno para mí y Abdullah es bueno, respetuoso y me quiere. Eso es lo más importante— —solo te quiere por interés, créeme hija— —Interés ninguno, ni siquiera sabe dónde vivo, ni quienes son mis padres— Los padres recurrieron a amenazas, sobornos y las clásicas manipulaciones emocionales.
Nada de eso les sirvió, al contrario, Laura más se alejaba de ellos. La tensión familiar llegó al máximo cuando Laura decidió abandonar el hogar de sus padres y marcharse a vivir con él, estaba decidida a todo por el amor que sentían. Alquilaron un pequeño apartamento en Nou Barris, con lo que él ganaba en sus trabajos esporádicos y el dinero que no le pudieron quitar los padres a Laura, podrían empezar su nueva vida. Lejos de la opulencia y ostentación de riqueza en su vida anterior, Laura se sentía muy a gusto, no le daba miedo ir sola por la calle, todos los vecinos la conocían y la saludaban agradablemente, ella recuerda que cuando vivía con sus padres la gente le saludaba falsamente, solo por ser quien era. El tiempo fue pasando y los padres de ella se fueron dando cuenta que la determinación y amor que tenía la pareja, no la podrían cambiar, su cerrada mentalidad, al principio, se fue abriendo, poco a poco comprendieron que no podían seguir luchando. Al fin de cuentas, el color de la piel no era tan importante, si a cambio su hija vivía feliz. Laura usó toda su influencia y conexiones para encontrar un trabajo normal para Abdullah, consiguió que puertas que antes estaban cerradas para él, se abrieran y le dieran la oportunidad de demostrar si valía, laboralmente hablando. Poco a poco él, se fue labrando un camino en su profesión, los que antes lo rechazaban por el color de su piel, ahora lo aceptaban plenamente. La mala gente empezó a aparecer cerca de Laura, consiguiendo que rompieran la relación.
Fueron dos meses separados, dos meses sintiendo dolor y angustia por la separación, dos meses sin verse, fueron los amigos y los propios padres de Laura, los que lo consiguieron. —Laura, Abdullah se merece que lo escuches, déjale que te dé una explicación— Laura se puso a llorar, sus padres, los que al principio no lo querían, ahora le decían que no dejara perder ese amor que tenían. Después de hablar lo vio claro, Laura se creyó todas las mentiras que una amiga, enamorada de su pareja, le contó, esa persona desapareció para siempre, juntos demostraron a todos que el amor está por encima de diferencias culturales, sociales o étnicas, el amor es el motor del mundo. Dos años después viven junto con los padres de ella, el continuo con su trabajo y siempre que pueden salen a pasear con Bongani, fruto de su amor. P.D.:una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino como trata a los que tienen poco o nada.

SECUESTRO (III.FINAL)


 Se acercaron lentamente los cinco, la casa tenía reflejos de luz en su interior, visibles a través de las ventanas, uno de ellos les aviso.

—Tendrán que entrar ustedes delante, nosotros tendríamos problemas, si entrásemos primeros— La puerta no estaba cerrada, con un ligero impulso, se abrió. Todo sucedió muy rápido, notaron un fuerte empujón por las espaldas que les hizo caer al suelo. —ja, ja, ja, que pensabais que os íbamos a traer hasta donde estuviera el chico— Horrorizaros vieron como salieron tres personas más de las diferentes habitaciones. Uno de ellos les puso una bolsa de deporte junto a ellos. —Poner toco lo que tengáis de valor hay dentro— Alejandro y Maria, comprobaron la triste realidad, habían sido engañados y arrastrados hasta este lugar para robarles. En esa casa no había ningún chico secuestrado, ellos eran simples traficantes de droga y ladrones, su inocencia y desespero por encontrar a su hijo, les hizo caer en la trampa. Alejandro intentó levantarse para luchar, fue un gesto inútil, solo le aporto una buena cantidad de golpes. Maria lo protegió con su cuerpo y también se llevó unos cuantos golpes. Se dieron cuenta de que lo mejor era darle todo lo que tenían. Llorando fueron introduciendo sus pertenencias en la bolsa. —esa medalla también—le grito uno de ellos a Maria —!! No ¡¡, esa medalla es el único recuerdo que tengo de mi hijo Una oleada de golpes fue lo que encontraron por respuesta otra vez. Uno de ellos de un tirón se la arranco, dejando a Maria con un ataque de ansiedad y sin posibilidad de parar de llorar. Alejandro la abrazo para darle fuerzas y protegerla de los golpes. —ahora nos marchamos, no salgáis antes de cinco minutos o haremos funcionar esta—mientras pronunciaba esa frase les enseño una pequeña pistola No sabían cuanto tiempo paso antes de moverse, pero estaban seguros de que ya estaban lejos los maleantes. —esto es el fin —comento Maria —no, cuando veníamos hacia aquí antes de subir al coche, tuve la prudencia de guardar casi todo el dinero, en buen recaudo. Decidieron informar a policía de lo sucedido. —tienen mucha suerte de estar vivos, la mayoría de veces esas mafias asesinan a los que intentan descubrir algo de ellos— Tenían que continuar, cada vez había menos esperanzas, pero no pensaban en abandonar la búsqueda. Mientras miraban las noticias en televisión se sorprendieron que hablaban de niños desaparecidos que fueron vistos en África, concretamente en Somalia, esta vez no quisieron esperar, compraron los pasajes de forma ilegal para poder salir dos días después. Al llegar alguien les informo de que una tribu, llamada “Tunni” sabían algo sobre niños blancos secuestrados, para que hablaran con ellos abiertamente, los padres tuvieron que aprender rituales y tradiciones, después de varios días entre ellos, tenían la certeza de que Ángel no paso por este lugar. Cuando definitivamente decidieron marcharse a su hogar, una visita cambio todo. —ustedes están buscando a un chico joven verdad— —sí, sabe usted algo de mi hijo Ángel— —hace un tiempo un experto en naturaleza Japonés estuvo aquí, cuando se marchó, pude ver con mis propios ojos, que en el avión también viajaba un chico, por su aspecto era fácilmente deducible, que era de habla hispana— —quien era ese hombre, dame un nombre— —se llamaba Hiroki muy conocido en Japón— —en qué lugar de Japón lo podré encontrar— —trabaja en un laboratorio de Kioto, es uno de los cargos más importantes— —Alejandro, vámonos a casa, toda nuestra plata y la de los amigos la estamos gastando buscando un fantasma que nunca aparece—comento la madre —Maria, solo te pido una última oportunidad, esta vez parece ser que si lo vieron— —de acuerdo, si en Japón no lo encontramos, nos marcharemos a casa y rezaremos para que Ángel se encuentre vivo en algún lugar del mundo— —de acuerdo Maria te lo prometo— Después de todas las trabas burocráticas posibles, estaban ya llegando al aeropuerto Osaka Itami. Ya no le sorprendían las magnitudes de los aeropuertos. Ese hombre era una persona importante en Japón, en todos los canales de televisión hablaban de él, por un descubrimiento que acababa de hacer. Después de muchas entrevistas con diferentes personas, consiguieron una entrevista con el señor Hiroki. —que desean de mí —pregunto el japonés —creemos que usted tiene a nuestro hijo—hablo Maria —eso es imposible, yo tengo tres hijos, Hayate, Akiro y Lucas, este último lo recogí en Sudamérica porque fallecieron sus padres— —por favor hagamos la prueba de ADN, necesitamos estar seguros— —ya les digo que lo adopte, a cambio de algún dinero que me pidieron para el entierro de los padres— —se lo suplico—pidió Maria llorando —si consiguen permiso para realizar dicha prueba, la realizaremos— Muchos kilómetros andando de un estamento oficial a otro, de cónsul a altos cargos de todo el país, al fin consiguieron algo muy difícil en el país nipón. Tenían el permiso para realizar las pruebas, se pusieron en contacto con el señor Hiroki. —ya tenemos el documento que nos autoriza a realizar la prueba, podemos ver al chico antes— —no, eso no, cuando estén los resultados veremos si tienen razón o no— Después de esperar ansiosamente los resultados, llego el momento de la verdad. Un juez leyó el resultado. —de acuerdo con el resultado de las pruebas de ADN realizadas al chico de nombre Lucas— —no se llama Lucas, se llama Ángel—grito la madre —Déjeme acabar, señora—pidió el juez —como decía en vista de los resultados de las pruebas, puedo confirmar y confirmo, que el muchacho llamado Lucas, según la documentación aportada por el señor Hiroki, es hijo de Alejandro y Maria al 100% de posibilidades— Los padres se pusieron a llorar de alegría. Mucho tiempo buscándolo y al final lo encontraron. Mientras los padres lloraban y gritaban sin control, el señor Hiroki se fue al lavabo. El sonido de un disparo sonó en toda la sala a pesar del jolgorio de los presentes.no pudo resistir la vergüenza que significaría para el que lo acusaran de comprar al chico, tres días después, mientras tres personas (Alejandro, Maria y Ángel) viajaban a su país, era enterrado el señor Hiroki. Curiosamente, su nombre significaba —Gran Fuerza—

SECUESTRO ( II )


 El mes fue pasando muy lentamente, estaban en Paris y no podían disfrutar de esa magnífica ciudad, en sus cabezas solo estaba el pensamiento de, Ángel

—Donde estará—se preguntaban una y otra vez Al fin llego el día, ya no les impresionaba la grandeza de las aeronaves, solo estaban deseando volar a Norteamérica, tenían que encontrar a su hijo, costara lo que costara. Si les pareció grande, el aeropuerto Charles De Gaulle en Paris, ahora que estaban aterrizando en el más grande del mundo, el Harttsfield-Jackson de Atlanta, les pareció inmenso. Dos meses vagando por todos los estados de norte América, la colaboración de los cónsules de su país fue muy importante para costear todos los traslados de avión de un estado a otro. En algunos barrios pasaron auténtico miedo, (Kansas, oregon, california, los Ángeles)todas las ciudades tienen algún barrio marginal con un alto índice de asesinatos, ellos el único que conocían por el nombre era el Bronx, se sorprendieron que en realidad no era tan inseguro como contaban en las películas, solo cierta parte de él, era un poco más peligroso.
Nada ni rastro de su hijo, la policía estaba al tanto de su búsqueda y les ayudaron en todo lo que pudieron, finalmente decidieron visitar el barrio de Harlem, el barrio latino de Manhattan, fueron acogidos como auténticos hermanos, les ofrecieron alojamiento y comida y por supuesto toda la ayuda posible para encontrar a Ángel. Pudieron charlar con diferentes familias que habían pasado por hechos parecidos, desgraciadamente todos le daban el mismo mensaje. —no perdáis el tiempo, esas mafias son muy poderosas y nunca aparecerá, a nosotros nos pasó lo mismo y nunca apareció— Escuchar esas frases hacían llorar a los padres. —hasta el fin de nuestras vidas lo buscaremos—respondían contundentemente Alguien les sugirió que fueran a México, en ese lugar también desaparecían niños de forma extraña. Los padres no se lo pensaron.
Tres días después estaban embarcando en un nuevo avión hacia México, la única ventaja que tendrían en ese estado, era el idioma, podrían entenderse sin ningún tipo de problemas. Cuando parecía que estaban a punto de rendirse, un anciano que descansaba en la calle les llamo la atención. —hace unos meses yo vi un chico de las características del suyo— —donde, con quien, dime un lugar—le grito el padre —viajaba en una caravana de gitanos Rumanos, estuvieron unos días aquí y luego se marcharon a su país – —donde está ese país—pregunto el padre —por lo poco que pude yo estudiar, está en Europa, en el centro de Europa— Los padres se dirigieron a la embajada de su país para hablar con el embajador y explicarles su situación. La autoridad no dudó en proporcionarles, pasajes de avión a Rumania, y algo de dinero para sobrevivir. Parecía que al fin estaban en una pista fiable. Una vez en Rumania, los padres visitaron los barrios más marginales, entre ellos los de la ciudad, de Bucarest, (Rahova y Ferentari)ya sabían a lo que se exponían y estuvieron atentos para que no les robaran al mínimo descuido. Entraron en un sucio bar, preguntaron al camarero y este les indico, donde solían parar las caravanas de gente que cometían ese tipo de actos. También les dio una dirección donde una asociación que se dedicaba a rescatar niños robados como Ángel. Los padres, siguiendo las indicaciones del camarero, localizaron una caravana con bastantes niños, hablaron con los gitanos. Aunque no encontraron a Ángel entre ellos, estaban seguros de que estaban en el buen camino, alguno de los chicos, eran sospechosos de haber sido secuestrados, no hablaban por miedo a los captores. El siguiente paso, la asociación que ayudaba a salvar a los niños secuestrados. Buscaron desesperadamente la dirección que les dio el camarero, nunca nadie en ella, un vecino les dijo que le dejaran un número de teléfono y cuando ellos llegaran les llamarían. Tuvieron que comprar un móvil, el dinero ya se estaba acabando, pero era necesario, una vez con el móvil le dieron el número al vecino y se marcharon. Varios días después el teléfono sonó. —creo que tenemos una pista sobre el paradero de su hijo— —donde, díganme donde y lo voy yo mismo a rescatar— la voz del teléfono les dio una dirección donde se encontrarían para ir a rescatar al chico —nos encontraremos a las 8 de la tarde, no se retrasen— Una vez se encontraron en el lugar les hablaron claro. —hemos encontrado una casa en las afueras, creemos que su hijo está en ella— —vamos, ahora mismo, necesitamos estar con nuestro hijo— Subieron al coche junto a los tres hombres de la asociación de ayuda. Cada vez se percibía más soledad en los alrededores del coche, la velocidad era lenta, pero constante, a lo lejos se veían las luces de un caserón. El coche se detuvo entre unos árboles del camino —Tenemos que acercarnos lentamente, su hijo puede correr peligro si nos descubren— ¿Que encontraran en esa casa? Lo sabremos la semana que viene

SECUESTRO


 Alejandro y Maria eran una pareja como tantas otras, la economía domestica muy baja, eran pobres, a cambio tenían una gran riqueza, su riqueza era el amor que tenían el uno para el otro, vivían en un pequeño pueblo de América latina donde el sol brilla cada día, todo el mundo se conoce en el pueblo, eran trabajadores incansables, siempre se esforzaban en poder darle lo mejor a su hijo, Ángel, un niño de seis años con su piel moreno y los ojos negros brillantes como el azabache.

Un día todo cambio para esta pareja, el pequeño Ángel desapareció, al principio los padres pensaron que se había despistado mientras jugaba en el parque, las horas fueron pasando y el chico no aparecía, la desesperación empezó a ser patente en la pareja y los vecinos que lo buscaban. Pasaron las primeras veinticuatro horas y ni rastro, las caras de los vecinos que lo buscaban, eran caras de desesperación y tristeza, nunca paso nada parecido en el pueblo. Después de pasar el tercer día, los padres estaban seguros de que algo grabe paso con el muchacho, la policía lo confirmo al cumplirse una semana. —su hijo ha sido secuestrado por una banda de traficantes de niños— La noticia dejó en shock a la pareja, solo pudieron romper a llorar desesperadamente. —por qué nos hacen esto a nosotros?—repetían una y otra vez Los padres estaban devastados, estaban dispuestos a cualquier cosa para encontrar a su hijo. Vendieron sus pertenencias, los amigos también les ayudaron dentro de sus posibilidades. Al llegar a la gran ciudad, se encontraron perdidos, no sabían hacia donde dirigirse, un policía que los vio tan fuera de lugar se acercó a ellos por si necesitaban ayuda. —les puedo ayudar en algo— Alejandro le explico lo sucedido y que querían marchar a Europa, sitio donde habían sido encontrados anteriormente niños desaparecidos en la misma situación que el suyo.
El agente muy comprensivo les indico detalladamente hacia donde se tenían que dirigir para llegar al aeropuerto, a pesar de estar muy lejos decidieron ir caminando, no podían desperdiciar el dinero sin saber lo que tardarían en encontrar a su hijo.de una cosa sí que estaban convencidos, lo encontrarían estuviera donde estuviera. Después de varias horas caminando al fin llegaron al aeropuerto, jamás anteriormente habían visto algo parecido, solo en las películas. Se acercaron a uno de los mostradores donde se podían adquirir pasajes. —en que les puedo servir— Fueron las primeras palabras que les dirigió el joven que luciendo una bella sonrisa se dirigió a la pareja. Esta vez fue Maria la que le explico lo sucedido, sin obviar detalle —si quieren ir a Europa, este continente también es muy grande, tendrán que decirme a qué país concretamente quieren ir— Después de mucho hablar con el paciente vendedor, tomaron la decisión. —dos pasajes para Francia, la ciudad que tiene esa torre de hierro tan grande— No conocían nada, solo que ver esa gigante torre en las fotos de la publicidad, les llamo mucho la atención. —aquí tienen los pasajes para Paris, espero que tengan suerte— El avión no despegaba hasta el día siguiente por la tarde. Todo lo que estaban viendo era nuevo para ellos, un avión tan grande, no lo vieron ni en las películas. Una vez acomodados en el avión, se cogieron fuertemente de la mano, sus miradas lo decían todo. —tenemos que encontrar a Ángel y traerlo a casa, cueste lo que cueste— Fueron casi quince largas horas dentro de la nave, les ofrecieron comida, algo que ellos rechazaron, no podían comer nada, solo querían llegar y buscar a su hijo. Cuando se estaban acercando ya a su destino, a través de la ventanilla podían divisar todo Paris, en otras circunstancias disfrutarían el momento, pero ahora todo era demasiado triste para disfrutar. Durante quince días recorrieron todo París, buscando a su hijo, los viajes en metro se los consiguió el cónsul informado por la policía de su país, no sin antes avisarles. —no se metan en problemas o serán deportados a su país de vuelta—les aviso el cónsul No querían problemas, ya sabían que en caso de saber algo de su hijo, automáticamente tenían que llamar a las autoridades francesas. En ningún momento sintieron miedo cuando visitaban algunos de los barrios más problemáticos de Paris (Goutte d´Or— La chapelle—Pigalle-La villette o Meridien) a pesar de que los ojos no se los quitaban de encima los oriundos. Tan solo en el último de los barrios, sintieron temor, no por ellos.
La policía estaban buscando a un chico de unos siete años en el canal de Saint-Martin, después de varias horas encontraron el cadáver del muchacho, desde la zona que ellos estaban pudieron comprobar que no era su hijo, era un muchacho de la edad parecida aunque físicamente muy diferente, sintieron mucha pena por los padres del muchacho, nunca más lo volverían a ver con vida, se abrazaron y lloraron, pensando en su pequeño Ángel.
¿dónde estará?- Pasados los quince días, la policía les convocó a una reunión para informarles que dudaban mucho que su hijo estuviera en Francia, toda la policía francesa estaba alerta, y los clásicos informadores policiales no sabían nada. —Créanme su hijo no está en nuestro país, les aconsejó que vallan a estados unidos, allá también hay mucha demanda de niños, muchos son utilizados para la prostitución infantil— los padres rompieron a llorar solo de pensar en esa posibilidad, el cónsul les ayudo a conseguir el visado, tardarían un mes en poder viajar, al menos les consiguieron alojamiento y comida durante ese mes. La semana que viene continuamos con la búsqueda

EL SEMAFORO

  En la ciudad de Kiruma, un sitio donde las luces de neón brillaban por las noches como destellos anticipando un nuevo día, justo en el cen...