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LA SONRISA DE LA MUERTE


 Hace muchísimos años en un pequeño pueblo del norte de España rodeado montañas vivía un niño llamado Alejandro, desde muy temprana edad, había perdido la capacidad de sonreír, nadie en el pueblo recuerda una imagen del pequeño sonriendo.

Un trágico incidente en su infancia había dejado una marca profunda en su corazón, llenándole de miedos y tristeza. Se cuenta una historia entre los habitantes del pueblo, esta fábula dice que cada vez que Alejandro sonreía, alguien cercano a él fallecía. Esta creencia se arraigó en su cerebro, atormentándole durante su vida, evitaba a toda costa mostrar alegría por temor a lo que podía suceder después. Fueron pasando los años Alejandro creció y se convirtió en un adolescente solitario y reservado, su rostro siempre estaba cubierto por una máscara de seriedad y tristeza, aunque muchas veces tenía sentimientos alegres, los ocultaba a todo el mundo. Pero como a todo el mundo la vida le tenía preparada una sorpresa, un día gris de tantos como suele haber en el norte, mientras caminaba por el parque del pueblo, Alejandro se encontró con una chica de su edad más o menos, que también paseaba por el parque, a diferencia de él la chica de nombre Sofía, siempre irradiaba felicidad y alegría en cada uno de sus gestos. Atraído por la felicidad y vitalidad que Sofía tenía. Alejandro varios días después volvió a frecuentar el parque para volver a verla, era feliz viendo a aquella muchacha, siguió acudiendo al parque a la misma hora para encontrarse con ella, se sentía muy a gusto junto a ella, empezaron a conversar de muchos temas, sobre todo de todo lo relacionado con la juventud. A pesar de sus miedos internos, comenzó a acercarse más a ella, descubrió que no conocía nada de su historia. Sofía se convirtió en el faro que iluminaba su camino, compartieron momentos inolvidables, paseos por el bosque, tardes de juegos y risas sinceras, sí, Alejandro volvió a sonreír libremente. La felicidad en su rostro no duro mucho, una soleada tarde, mientras caminaban juntos por el parque, pasando junto a un caudaloso rio, ocurrió algo inesperado, Sofía resbalo y cayó al agua, ella luchaba por mantenerse a flote, sus conocimientos sobre natación eran muy básicos. Alejandro, lleno de desesperación, se lanzó al agua, rescatándola justo en el momento que su cuerpo se hundía en las aguas. Cuando Alejandro salió del agua con Sofía en sus brazos, se dio cuenta de que ya no respiraba. El corazón de Alejandro se rompió en mil pedazos, mientras sostenía el cuerpo inerte de su amiga. Desde aquel día Alejandro se volvió a encerrar en sí mismo nuevamente, la perdida de Sofía le sumió en una profunda tristeza, convenciéndose nuevamente que su sonrisa era una maldición que solo traía dolor y muerte. Los años pasaron y Alejandro se convirtió en un hombre solitario y melancólico. A pesar de todo lo sucedido, nunca dejo de buscar una forma de recuperar su sonrisa sin causar daño a los demás, investigo antiguos rituales viajando por todo el mundo intentando encontrar remedio a su mal. Hasta que un día, en un remoto monasterio en la cima de una montaña, encontró un antiguo libro, en este libro hablaban de la redención y el perdón, según el libro solamente a través del amor verdadero y el perdón podía encontrar la paz interior y recuperar la sonrisa sin consecuencias trágicas. Inspirado en esta revelación, Alejandro decidió regresar a su pueblo natal y enfrentar su pasado. Visito las tumbas de todos los que fallecieron cuando sonreía alguna vez, delante de ellas se arrodillaba y les pedía perdón en silencio. Una a una las visito todas y en cada una de ellas sentía una paz interior, superior a cualquier cosa sentida antes. La última fue la de Sofía, cuando estaba reclinado delante de ella, sintió que un intenso frío le envolvía, una pequeña ráfaga de viento giraba alrededor de él, alguien poso su mano sobre su hombro, al girarse vio la sonrisa de Sofía, mientras le miraba fijamente. A la hora de cerrar el cementerio, encontraron el cuerpo de Alejandro delante de la tumba de aquella chica, tenía rostro de felicidad y una sonrisa que nadie pudo eliminar.

4 AMIGOS Y LA HISTORIA DEL JAGUAR


 Eran los cuatro mosqueteros. Siempre juntos desde su más tierna infancia, bueno en realidad no desde la infancia, en el paso de los años se fueron conociendo, sus nombres:

MarÇal, Dani, Matías y Edgar,
eran tan amigos que durante la adolescencia, trabajaron juntos durante los veranos en una cafetería restaurante, el local tenía el curioso nombre de:
—taza de café— Los cuatro trabajaban sin descanso, el día que tenían fiesta era una fiesta total, muchas salidas con las motos, alguna de ellas peligrosas por las curvas de Tossa, por suerte nunca les paso nada. Pero a veces las cabezas se giran y nunca sabemos por qué. Era invierno, ya no trabajaban, los estudios estaban parados, se reunían en aquel café de la juventud que tenían cerca de su barrio. Dani el más lanzado, propuso una idea para el fin de semana. —¿qué os parece si pillamos un coche que vi el otro día aparcado en el centro?— —no nos metamos en problemas—contesto Edgar —tiene razón Edgar, no nos metamos en problemas—secundo Matías —no seáis acojonados, vamos, es un Jaguar—explico Dani —puede ser una aventura muy interesante—sentencio MarÇal Después de mucho discutir se encaminaron hacia el centro donde Dani vio el coche de sus sueños. Se quedaron los cuatro con la boca abierta, era en realidad una joya de coche brillaba como una luz potente, en la noche. Con el corazón latiendo de emoción y la adrenalina por las nubes se adentraron en un terreno desconocido. Los conocimientos mecánicos de Dani y MarÇal, fueron suficientes para quitar la alarma del coche y conseguir arrancarlo, lo que al principio sería un espacio de tiempo corto, se empezó a alargar, ya llevaban más de cinco días con el coche, cuando necesitaban gasolina paraban en una bien situada una vez lleno el depósito, arrancaban de golpe dejando a los trabajadores del surtidor desconcertados y avisando a la policía. Las discusiones se volvieron cada vez más frecuentes y acaloradas, las personalidades chocaron y los secretos entre ellos salieron a la luz, sus sueños de aventuras se estaban convirtiendo en una pesadilla. Pensaron en dejar definitivamente el coche al día siguiente, durante la noche y mientras conducía MarÇal, al entrar en una curva a toda velocidad.
El Jaguar derrapó y perdió el control, el coche se estrelló contra un árbol, el destino había decidido poner fin a esa peligrosa travesía que empezaron días antes. Uno a uno fueron bajando del vehículo, el único que no se movió fue el conductor, estaba sangrando por la cabeza y totalmente inconsciente, los tres junto al coche, con el compañero malherido, les hizo reflexionar sobre lo sucedido, mientras tanto esperaban una ambulancia para MarÇal. Ya sabían que tendrían consecuencias legales, pero lo importante ahora era la vida de su amigo. La policía se los llevo detenidos, y al herido al hospital, tres meses tardaron en salir temporalmente de la cárcel, todo gracias a la gran labor de su abogado, durante ese tiempo su amigo continuo en coma en el hospital. Desde la salida de la cárcel cada día se acercaban los tres a visitar al ingresado, paso un mes más y los médicos no eran nada optimistas con la evolución, cada día mientras estaban junto a él, ponían música para ver si de alguna manera reaccionaba, una recomendación de los doctores en una terapia alternativa. Mientras hablaban trataban el tema de lo que les sucedió. Habían perdido parte de su amistad, sobre todo la inocencia que les unía desde siempre. Aprendieron una lección dolorosa pero valiosa, que las decisiones impulsivas y las acciones irresponsables, siempre tienen consecuencias desastrosas, se prometieron en ese momento que si su amigo salía bien, volverían a ser los amigos sanos que siempre fueron. Como cada día la música sonaba en la habitación del hospital, concretamente sonaba la canción de Bad Bunny, un verano sin ti. Esta canción le encantaba a MarÇal. Como por obra de un milagro, empezó a mover los ojos, gracias a la música estaba despertando del coma producido por el accidente, los tres amigos se acercaron junto a la cama para abrazarse todos, mientras las lágrimas caían de sus ojos, prometiéndose que nunca más volverían a cometer ningún acto del cual se tuvieran que avergonzar

TAXI ELECTRICO


 

Como cada día Luis miraba hacia delante, la circulación como siempre era bastante lenta, siempre se formaban caravanas en hora punta. 

Muchos años al volante le daban seguridad mientras conducía. Jamás un accidente a pesar de las muchas horas que pasaba en el taxi.

 Siempre escuchando las conversaciones de los ocupantes de su automóvil, a veces ponía música para no escuchar, pero era imposible no enterarse, la radio no podía ponerla muy alta para no molestar a los ocupantes.

 Muchas escenas de amor, de calenturas momentáneas de las parejas que recogía, casi siempre al salir de las discotecas. El cómo siempre se mantenía al margen, una de las cosas que más le preocupaba es que no le mancharan la tapicería, tenía que seguir trabajando.

 Aquella noche sería diferente. Dos hombres subieron a su taxi, dándole una dirección normal, era una plaza en las afueras de la ciudad, una de las menos concurridas siempre. Los hombres discutían en voz baja, aunque no lo suficiente para que él no escuchara diversos fragmentos de la disputa verbal. La parte que escucho era sobre el sitio elegido para enterrar el cuerpo del hombre que acababan de matar. 

Luis sintió un escalofrío recorriendo todo su cuerpo acompañado de la aceleración de los latidos de su corazón, por primera vez en su vida de taxista, conducía muy automáticamente, sin prestar atención a la circulación, era demasiado grave lo que estaba escuchando. Intentando disimular se esforzaba en conducir un poco más rápido para llegar al lugar de destino y una vez se bajarán decidir lo que tenía que hacer.

 El ruido del roce de dos chapas resonó en metros de distancia, de todas maneras nadie vio ni escucho nada, la zona por la que pasaban en ese momento no era muy transitada ni de vehículos ni de peatones.

 Los ocupantes se dieron cuenta en ese momento que el taxista lo había escuchado todo, uno de ellos saco una pistola del bolsillo de su chaqueta, apuntando hacia Luis, este sabía cuál sería su final si no actuaba rápido.

 Acelero bruscamente mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad de su asiento, al mismo tiempo que abría su puerta, bloqueo las puertas traseras del auto, todo sucedió en segundos, el acelerón provocó que el que tenía el arma le cayera al suelo, fueron segundos mientras Luis podía escapar.

 Seguido del golpe en la puerta al cerrar bruscamente el taxista, sonaron dos disparos, estos hicieron saltar los cristales hechos añicos. Una vez fuera del coche solo corrió en diferentes direcciones para evitar los disparos de sus seguidores, nadie por la calle, parecía una ciudad fantasma en ese momento, nunca en sus años de conducir se paró a pensar las pocas personas que circulaban por esas calles. 

No podía pararse, tenía que llegar a una comisaria de policía para denunciar lo sucedido, se escondía en cada rincón que encontraba, cada sombra se convirtió en una amenaza y cada ruido en un peligro. Pasaba el tiempo muy lentamente, no podía avanzar demasiado rápido para no ser descubierto, se dio cuenta Luis que solo tenía una opción, enfrentarse a sus perseguidores y poner fin a esa pesadilla. 

Con valentía y astucia planeo como desarmar a sus seguidores, el primero llego a la esquina donde Luis estaba encerrado en un viejo portal, se aferró a un palo de madera encontrado cerca del lugar, justo cuando quería golpear al perseguidor, lo repensó y continuo en el rincón escondido, al mismo tiempo que escuchaba la conversación telefónica que mantenían los dos perseguidores (como echaba de menos su móvil que se quedó en el coche)

. Segundos después vio como los dos maleantes se paraban a hablar, mientras un policía se les acercó para hablar con ellos, en ese momento reflexionó en salir gritando para que el policía los detuviera, pero, al ver la familiaridad que hablaban, los tres se dio cuenta de que también estaba al tanto de lo sucedido.

 Tenía que desplazarse a la ciudad más cercana y allá poner la denuncia correspondiente.

 Fueron varias horas de camino, no quería fiarse de nadie, después de lo visto con la policía. Una vez llego a la comisaria, pidió hablar con el jefe superior, a solas en su despacho pudo explicar todo lo sucedido, al día siguiente eran detenidos los dos perseguidores y no tardaron en dar el nombre del policía que les dio cobertura, días después la prensa se hizo eco del asesinato de un hombre acaudalado, al parecer la causa fue el robo, los autores estaban detenidos, ni una sola menciona a la valentía de un taxista.

LA CASA MISTERIOSA


 Era una casa muy antigua, a pesar de estar cerca del camino por donde transitaba muchas personas paseando, solía ser paso de caminantes con diferentes destinos, pero nadie se atrevía a entrar.

El frondoso bosque que la rodeaba la hacía más tenebrosa, la leyenda decía que la casa estaba embrujada y que el espíritu de sus propietarios continuaba entre las ruinas de ella. El grupo excursionista que aquel día paro en la bodega del pueblo, escucho la historia que se contaba entre los tertulianos del lugar, les empezó a entrar la curiosidad y en consenso entre todos decidieron pasar la noche en la casa para comprobar si eran ciertas las historias que contaban. Fueron entrando muy cautelosamente con cierto temor a lo que encontrarían en el interior, al entrar observaron que todo estaba cubierto de polvo y telarañas, esto le hacía parecer una casa fantasmal, a pesar de lo que veían nadie observo señal alguna de actividad paranormal. Pasaron por todas las estancias de la casa, una a una, abrieron sus puertas con la incertidumbre de lo que encontrarían en su interior. Les faltaba una última puerta, esta estaba cerrada con llave, uno a uno intentaron abrirla, ninguno pudo conseguir su objetivo, uno de ellos se dio cuenta de que cerca de la puerta había un agujero en la pared, al asomarse vieron que era una habitación secreta con una caja fuerte en la pared. Varios intentaron abrir la caja, demasiado difícil para conseguirlo, uno de ellos se separó del grupo investigando la estancia, en la estantería de los libros descubrió un diario, lo ojeo poco a poco leyendo las historias que en él se contaban, en el libro estaban los secretos más oscuros de la casa. Una parte de él, sin sentido, ponía varios números que nadie encontró significado, uno de ellos grito. —sí, lo tenemos es la combinación de la caja fuerte— Marcaron la combinación que encontraron, sus corazones latían fuertemente, parecían tambores en el silencio de la casa, finalmente la puerta cedió, con temor miraron el interior, solo vieron un pequeño pergamino, y junto a él unas hojas manuscritas donde explicaban la existencia de una cueva oculta en el bosque con un tesoro. —que os parece si vamos a comprobar si existe esa cueva— —es de noche— —qué problema hay, tenemos linternas— —de acuerdo vamos a descubrir esa maldita cueva— Emocionados se encaminaron hacia su descubrimiento, comprobaron que efectivamente la cueva existía, se miraron unos a otros, interrogándose. — Ahora que— —vamos a por el tesoro— La adrenalina les subió por momentos, todo estaba en la cueva como marcaban las indicaciones de las hojas, solo faltaba una cosa, el tesoro no estaba, unas huellas declaraban que alguien estuvo antes en el lugar. Confundidos y decepcionados regresaron a la casa, con la sorpresa que tenían un cartel encima de la polvorienta mesa. “” el verdadero tesoro no está en la cueva sino en la casa” Sin saber que hacer el grupo comenzaron a buscar por toda la casa, uno de ellos descubrió una trampilla que bajaba hacia un sótano, las linternas iluminaron un cofre que se encontraba en un rincón, estaba lleno de joyas y monedas antiguas que tenían un valor muy alto para los coleccionistas. Mientras el grupo examinaban el tesoro, escucharon un ruido proveniente de arriba, todos enfilaron las escaleras para ver de donde provenían esos ruidos, su sorpresa fue mayúscula, en otra parte de la casa había una puerta entreabierta, anteriormente nadie la había visto. A pesar del miedo entraron en la nueva habitación, el asombro era superior a cualquier descubrimiento anterior. Las paredes de la habitación estaba llena de fotografías antiguas de diferentes épocas con una cosa en común. Todos tenían la cara manchada de tinta, los descubrimientos no acaban aquí, justo detrás de una de las fotografías encontraron un nuevo diario, en él se detallaba que los antiguos moradores de la casa habían estado involucrados en oscuros experimentos de manipulación genética, a medida que profundizaban en el diario, entendieron que las personas de las fotografías habían sido borrados sus rostros para ocultar sus horribles resultados. El grupo se dio cuenta de que su descubrimiento era más importante que el tesoro, las autoridades fueron informadas y se investigó a fondo, para asegurarse que ningún otro experimento se llevara a cabo. ¿Quién les guio? No quisieron descubrir nada más, querían salir del lugar y desaparecer. ¿Qué consecuencias tendrá su descubrimiento? ¿Quiénes eran las personas de las fotografías? ¿Qué les había pasado a esas personas? Eso ya eran enigmas para la policía, ellos continuaron su camino, solo una cosa les paso por alto, faltaba uno de ellos.

EL SEMAFORO

  En la ciudad de Kiruma, un sitio donde las luces de neón brillaban por las noches como destellos anticipando un nuevo día, justo en el cen...