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EXTRAÑO SUCESO


  Siempre estaban alerta, eran una familia muy conocida que económicamente estaban bien, sus empresas ganaban mucho dinero, ellos solían ayudar siempre a muchas personas que lo necesitaban, pero los últimos anónimos eran inquietantes, amenazaban con secuestrar y matar a su hijo de cuatro años, decidieron ponerle un guardaespaldas, que lo vigilara todo el día, por la noche en casa estaban ellos dos y varios vigilantes que tenían en los alrededores de la casa.

Se acercaban las navidades, ya hacía más de un año de la última amenaza, se relajaban un poco, parecía que toda había sido la broma de algún desaprensivo. Esas navidades sería especiales el chico cumplía seis años y querían darle unas navidades en familia sin tantos guardaespaldas ellos solos en la intimidad, los tres celebrando juntos unas fiestas sin desconocidos en la casa ni sus alrededores. La noche del 24 nochebuena, cenarían los tres en casa, la madre encargo la comida en un catering de la ciudad, la recogerían a media tarde, en casa le darían un toque de horno y listo para comer. La mesa que preparo la mamá era espectacular todo en su sitio, todos los detalles bien colocados la vajilla regalo de su abuela, adornaba la mesa igual que la cristalería. El vino para ellos dos y el cava estaba en la nevera. La cena fue espectacular eran una familia normal disfrutando en navidad, al día siguiente desde la misma empresa de catering les traería la comida a casa preparada para comer. Pasaron todo el día los tres juntos en la casa y los jardines que rodeaban la casa, cuando se acercaba la hora de la comida, la madre fue a preparar la mesa, mientras el padre y el hijo jugaban, faltaban pocos minutos para las dos, cuando llamaron al interfono de la entrada, eran del catering que les traían la comida, el padre dejo de jugar con el chico y se acercó para abrir la puerta de la finca, abrió la puerta después de comprobar quienes eran, el golpe que recibió en cara le tiro de espaldas, una vez en el suelo otro golpe en la cabeza le dejo inconsciente y sangrando. El chico al ver la escena salió corriendo hacia la casa, la puerta estaba cerrada y no podía esperar a que su madre se diera cuenta lo que sucedía, siguió corriendo hacia la parte trasera en busca de un escondite. La madre abrió la puerta pensando que eran ellos dos con la comida, solo pudo sentir una mano que con un pañuelo mojado en un líquido pestilente le tapaban la nariz y la boca haciéndola caer en un profundo sueño. Los dos hombres siguieron los pasos del chico. ¿Dónde estaría el maldito niño? El chico se escondió en la leñera, tenía espacio suficiente para entrar y no ser advertido, los dos hombres seguían buscando por toda la parte trasera de la casa. No se podían marchar sin el chaval, tenían que encontrarlo, no estaba entre los árboles, ni rastro del crío, uno de los hombres se acercó a la leñera, vio unas pisadas cerca de ella y sabía que estaba ali escondido, abrió despacio la puerta, una llamarada desde el lado derecho le quemo toda la cara, sus gritos se escucharon en todos los alrededores, su compañero se asustó y se fue acercando hacia el lugar donde estaba su compañero gritando desde el suelo, se horrorizó viendo la cara desfigurada por el fuego. El muchacho no observó nada tenía los ojos cerrados por el miedo, cuando los abrió solo reparó en un hombre envuelto en fuego chillando, salió de su escondite y empezó a correr en dirección de los árboles que rodeaban la casa. El único perseguidor se acercaba a él en su huida, aunque intento esconderse no pudo se echó al suelo y empezó a llorar, sabía lo que le pasaría. El hombre se acercó con cara de rabia al niño, cuando lo intento coger únicamente pudo sentir como una rama de pino lo atravesaba desde el corazón y saliendo por la espalada. El muchacho abrió los ojos cuando una voz le decía, tranquilo somos policías. —¿qué paso?—pregunto al policía —no lo sé, él me defendió— —quien es él— —un hombre con barba blanca— —¿dónde está?— —se fue hacia arriba—dijo el niño señalando el cielo los policías se miraron uno a otro, no sabían que pensar, después de que los padres se recuperaran en el hospital, los interrogaron y no podían explicar nada, viendo las imágenes de las cámaras de seguridad, vieron como un anciano con barba blanca después de acabar con ellos, se elevó entre los árboles en una cosa que parecía un carro tirado por renos, no quisieron decírselo a nadie, no querían ser tratados como locos, pero ellos sabían lo que habían visto, y no lo podían contar.

YO NO SOY ESE


 LUISA

. Voy a contar la experiencia de mi vida sobre mi identidad de género, nací en 1961, por lo que en esa época la información era nula y cualquier referencia a la transexualidad estaba mal vista y asociada a la prostitución, al vicio y a la mala vida. Lo primero que recuerdo, es que me sentía rara a los 9 o 10 años, porque me sentía mejor con las amigas que con los amigos, mi afinidad con ellas era mayor, los juegos de los chicos aunque no los rechazaba no me hacían sentir bien, al poco tiempo cuando mis amigas empezaron a cambiar y yo no, me preguntaba porque, y cada noche al ir a dormir rogaba por despertarme por la mañana con algún cambio como el de ellas, por la mañana solo había decepción, pero siempre había la esperanza que fuese mañana. Le quitaba ropa olvidada a mi madre y la escondía para vestirme a solas, y me encantaba ponerme sus zapatillas de ballet a escondidas En aquellos tiempos la masculinidad era algo que se inculcaba a los niños varones de una manera muy poco delicada, era habitual que dijeran, no llores que pareces una niña, o, tienes menos fuerza que una niña, corres como una niña, eso es de niñas, y mil frases desafortunadas más, que a mí, más que ofenderme me hacían sentir mejor, aunque tuviera que esconder ese sentimiento, y tuviera que hacer el esfuerzo para parecer masculino. A los 14 años tenía una vecina más o menos de mi edad que nos hicimos muy amigos, y nos considerábamos novios, no había besos, ni caricias, pero si nos escondíamos para estar a solas y hablar, para mí era una amiga intima, y me gustaba más su compañía que la de los chicos, eso también me confundía mucho, pero a esa edad tampoco sabía identificar cual era la razón, y a los dos años sus padres vendieron la casa y perdimos el contacto, y yo seguía vistiéndome a escondidas, ahora ya con ropa de mi hermana 5 años menor, mi madre me pillo unas cuantas veces, pero hizo como si no viera nada, y nunca me dijo nada. A los 16 años conocí a otra chica que ya tuvimos un romance de adolescencia, y sus padres y toda su familia lo apoyaban, siempre estaba en su casa, su madre nos dejaba a solas con excusas poco elaboradas, nunca hubo sexo porque yo me resistía, no me sentía a gusto haciendo el papel de varón, pero la relación duró hasta que me fui al servicio militar, entonces ella me propuso que deberíamos casarnos, y yo no veía esa opción sensata, sin haber acabado la carrera, sin trabajo estable, y por la sensación de que de que algo no iba bien en mi vida, y eso hizo que la relación acabase. Al volver del servicio militar, encontré un buen trabajo, y conocí a otra chica, que en realidad fue ella quien fue a por mí, decía que lo que le gustaba de mi, era que no era como los demás chicos, que tenía una sensibilidad diferente, y yo seguía con mis dudas, seguía vistiéndome a escondidas, ahora ya me compraba ropa con la excusa que era para la novia, ya tenía coche y debajo del asiento trasero llevaba un verdadero armario, que usaba para ir a lugares apartados y solitarios para darme un paseo de noche, tenía un sentimiento de culpa y de que algo no iba bien, pero no tenía información y incluso pensaba que era una parafilia, porque me sentía genial cuando me vestía, pero que eso iría desapareciendo con el tiempo. Después de 8 años de noviazgo, nos casamos, ahora lo tenía más fácil para vestirme, aunque me seguía preocupando porque no desaparecía esa necesidad, y me sintiera tan bien haciéndolo, en alguna ocasión también me pilló, pero lo disimule con alguna excusa y ella no le dio mucha importancia. En el año 96 apareció internet, encontré los chat, y después de conocerlos, vi que allí podía tener una identidad que me hiciera sentir tan bien como vistiéndome, me autobautice Alicia, y encontré un canal que se llamaba transgresión, ese nombre llamo mi atención, entre y el recibimiento fue tal, que me saltaron las lagrimas, me animaron a hablar y a contar mis dudas, me hicieron ver que no era ningún bicho raro, que había muchas personas con esa inquietud, había en él una chica de mi edad, y a la semana quedamos para vernos, después de hablar durante horas y contarnos nuestras vidas vimos que esto era algo más normal de lo que pensábamos, y al mes se organizó una quedada, y me fabrique un viaje de trabajo en la empresa que estaba trabajando para poder ir y conocer a las personas que hablaba a diario en el canal, se hizo en Madrid, me lleve la ropa que tenia y 4 cosméticos que malamente sabia usar, pero allí las chicas ya experimentadas me echaron una mano, y salí a la calle a mi me pareció deslumbrante, en grupo con ellas, con una emoción que jamás había sentido, me sentía yo misma, libre, a gusto, sin la obligación de controlar mis gestos, esto no era un papel que representaba, era yo. Al llegar a casa se lo conté a mi pareja, primero se lo tomo mal porque lo entendió como que era gay, que travestirse estaba asociado a la prostitución y las drogas, que le había estado engañando en mis sentimientos hacia ella, pero lo estuvimos hablando y después de contarle un poco mis secretos, entendió que era otra cosa, y la invite a venir a la siguiente reunión de Madrid, allí conoció a las otras chicas, me confesó que había tenido la sensación de hablar como con amigas suyas, y me animo a seguir saliendo con ellas, ya que eso me hacia feliz, pero que ella prefería no acompañarme, para no coartarme. Al poco tiempo, en mi ciudad hicimos un grupo, y nos hicimos con un piso para poder tener la ropa los enseres y cambiarnos sin que los vecinos de nuestras casas pudieran sospechar, y salíamos muchas noches de fin de semana, eso me hacía muy feliz, podía ser yo, salir normalmente a la calle y desarrollar lo que creía era mi parte femenina. Unos años después, el hospital clínico universitario de Barcelona, hizo un estudio sobre la transexualidad, y pidieron voluntarios para hacerlo, yo me presente creyendo que me dirían que mi caso no era la transexualidad, el resultado fue duro, aunque muy aclarador, yo era una mujer sin ninguna duda, eso desordenaba toda mi vida, y además tenía una pareja mujer, que amaba con locura, y que unos años antes por una enfermedad rara sufrió un trasplante de pulmones, le enseñe el diagnostico, me dijo que lo suponía, por mi forma de ser, y me animo a seguir adelante, que su amor no cambiaria, pero yo me negué, sabia lo dura que es la transición, sobre todo para las parejas por otras compañeras que pasaron por eso, y no quise que ella sufriera, además el sector en el que se engloba mi trabajo es muy convencional, y no habría tenido futuro, aunque eso a ella tampoco le parecía importante, me decía que solo era miedo. Pero yo me mantuve en mi decisión y seguí saliendo con las chicas como paliativo a la disforia, aunque ahora el sentimiento era ya diferente, salir unas horas para ser yo, no me llenaba como antes, y fui dejando de salir poco a poco, encerrándome en mi misma. Entre en Secondlife, con mi nombre Alicia, y allí solté mi personalidad pura, sin ningún condicionamiento como hacía en el chat, pero con la posibilidad de poder crear una vida alternativa, me hice DJ, mi pasión, tuve bastante fama, y mucha amigas, fue algo que me dio un poco de vida, me sentía como una más, querida, y como yo misma, mi pareja estaba contenta que estuviera feliz y me ayudaba muchas veces, pero seguía diciéndome que empezara con la transición o no sería nunca feliz, a lo que yo continuaba negándome porque no lo veía justo para ella. En 2010 mi pareja murió a consecuencia de la enfermedad, mi vida se desmorono totalmente, así que unos meses más tarde, me fui al psicólogo, que en dos sesiones me diagnosticó disforia de género sin ninguna duda, y empecé el tratamiento hormonal, pero solo para mi, por los problemas laborales que me provocaría el salir del armario, llevo casi 8 años de tratamiento, y sigo en la misma situación, no es cobardía, es que después de tantos años en el tema, he visto en amigas lo que ocurre, y solo en pocos casos especiales, como por ejemplo, trabajar en una empresa familiar, en la administración pública, o grandes empresas que tienen sindicatos que cuidan de los derechos de sus trabajadores, no hay garantías de no perder el trabajo o de sufrir bulling para conseguir que dimitas, en mi caso es peor aún, ya que soy autónoma, y perdería la mayoría de los clientes, que como ya he dicho estoy en un sector muy convencional. En la actualidad, estoy pensando en soluciones, ya que la disforia a veces aprieta demasiado, se siente que vives una vida que no es la tuya, que no eres feliz y no lo serás hasta que puedas desarrollar tu verdadera personalidad, es triste que un país como el nuestro, con leyes bastante avanzadas sobre los derechos de las personas homosexuales y transexuales, sea todo apariencia, la realidad y la calle demuestran la verdad, y es la intolerancia a estas personas, en mi caso entro en las dos etiquetas ya que además de transexual soy lesbiana, y me siento en una cárcel virtual. Hasta que el género de una persona deje de ser elegido por sus características físicas, se pueda detectar a muy pronta edad el género real de cada persona, y eso sea tan normal para toda la población como cualquier otra característica, como tener los ojos de un color u otro, no creo que podamos vivir normalmente. Por eso una de mis ideas es emigrar a otro país europeo con menos homofobia y transfobia, empezar de cero, ya con mi nombre y género legalizados, pero no es fácil, hay pocos países realmente liberales en ese sentido, las leyes avanzan, pero la población no, solo espero que las nuevas generaciones vayan entendiendo que esto no se elige, se nace con ello, no es una enfermedad, no se puede curar ni corregir, es la personalidad inherente, solo se puede corregir un poco el fallo físico que la naturaleza cometió, para no rechazar tanto nuestro cuerpo, sentirlo acorde con nuestra mente y poder ser un poco más felices, aunque nunca será totalmente, pero se nos acepte por nuestro género sentido normalmente y dejemos de tener etiquetas, que además no pueden definir todos los géneros que realmente existen.

LUISA.

TRABAJO SUCIO


 


Carlos empezó a trabajar en aquel sitio hace veinte años, aunque su trabajo le gustaba una parte de él no, y al día siguiente le tocaba realizar esa parte del trabajo que menos le gusta. Siempre le pasaba igual cuando le tocaba, dos días antes, se le revolvía el estómago, tenía pesadillas, le costaba mucho dormir, tenía que tomar pastillas para conseguirlo. Carlos era técnico especialista en electricidad de alto voltaje, por su cargo tenía que controlar todo lo relacionado con la corriente del lugar donde trabajaba. Juan estaba en aquel sitio desde hace quince años, nunca salió de allí, desde el día veinte de agosto de años atrás. Carlos se levantó ese lunes doce a las siete menos cuarto, como cada día, a pesar de que ya estaba despierto desde tres horas antes, ni las pastillas conseguían que durmiera, se sentó a desayunar, pero apenas se pudo beber el café con leche, intento morder una galleta, acabo escupiéndola en el cubo de la basura se le hacía una bola y era incapaz de tragársela, esta vez como las otras estaba pasándolo mal, a pesar de todo todavía recuerda alguna de las veces que después de realizar el trabajo en aquella sala que le tocaba revisar, cogía la baja por depresión, en la empresa nadie le ponía pegas, comprendían perfectamente el estado de ánimo al pasar por la dichosa sala. Juan desayunó opíparamente, café, tostadas, croissants mermelada y mantequilla, cuando acabo de desayunar, todavía le preguntaron si quería algo más, lo que él declinó, estaba muy lleno, saldría a dar un paseo solo, solo como siempre. Juan salió al patio, miro hacia el sol que le ilumino su rostro, entorno los ojos y se empapó de los cálidos rayos del rey astro, al día siguiente conocería a Carlos, únicamente lo vería unos momentos los justos para intercambiar unas palabras. Carlos cogió su coche y conducía tranquilo, no tenía ninguna prisa y ninguna ganas de llegar al trabajo, hoy tocaba comprobar la dichosa habitación, odiaba ese día, en los veinte años que llevaba trabajando había tenido que realizar esa revisión ocho veces, y siempre le pasaba lo mismo. Aparco el coche en el lugar reservado para él, miro el edificio antes de entrar, siempre le venía el mismo pensamiento, tengo que dejar este trabajo, aunque también le venía a la cabeza las facturas que tenía que pagar, no podía dejar el trabajo que estaba bien pagado, gracias a él, podía pagar los colegios y universidades de sus dos hijos. Entro en la dichosa sala verífico toda la instalación y acciono la palanca que ponía en marcha el mecanismo, el ruido de la corriente subió el volumen y a él le parecía un ruido para volverse loco, diez segundos después acciono la palanca en sentido inverso, automáticamente el ruido ceso, y Carlos abandono la sala firmando un documento donde ponía claramente que la instalación estaba ok. Acabada la comprobación se marchó a su hogar a pasar el resto del día con su familia.no quería ver a nadie, quería estar solo en su hogar, y pensar, pensar en Juan al cual conocería el día siguiente. A la noche como siempre, Carlos no ceno nada, toda la noche la pasaría sin dormir, a pesar de que toda la familia le apoyaba intentando animarlo, cosa imposible él no se podía animar sabiendo su trabajo del día siguiente, muchas veces soñaba con la dichosa sala, tenía auténticas pesadillas. A Jose le vinieron a preguntar que le apetecía cenar, de primero pidió ensalada marinera, de segundo pavo relleno y de postre tarta de queso, bebió media botella de vino rioja y cuando acabo se fumó un puro cohíbas, algo que no solía hacer nunca. Después se marchó a su habitación, al día siguiente tendría que madrugar. Carlos llegó media hora antes de lo normal, saludo a varias personas con desgana y se encerró en un pequeño despacho, hasta la hora de conocer a Jose. Se abrió la puerta de la habitación de Jose y le anunciaron. —es la hora— Jose se incorporó, ya estaba vestido para conocer a Carlos, entro en la sala y le acompañaron a su sillón. Unos minutos después entro Carlos en la sala, se acercó a Jose, lo miro fijamente y le pregunto. —como te sientes— —podía encontrarme mejor, pero no me puedo quejar—contesto Jose Carlos le puso una especie de esposas en las muñecas, y algo parecido a una corona en la cabeza, ajusto todos los puntos posibles y se alejó, en dirección a la sala de control, lugar desde donde tenía que acabar su trabajo. Unas veinte personas estaban supervisando que todo lo que sucedía en esa sala, fuera lo correcto. Carlos empuñó una palanca y en el momento que la acciono, empezó a rezar un padre nuestro. Cuando fue accionada la palanca. Jose empezó a dar convulsiones y de su cabeza empezó a salir humo, el olor a carne quemada era irrespirable en la maldita sala, Jose Manuel fue el número diez ejecutados en aquella prisión. Carlos abandono hundido, no se podía acostumbrar a ser él, el que tenía que ejecutarlos.

INFIELES


 La mesa estaba preparada, serán once personas a cenar, cinco parejas e Irene, la anfitriona.

Carmen y José, llevaban cuatro años de casados. Loli y Juan ocho años Rosa y Ernesto seis Maria y Pedro los que más 15 años Gloria y Ricardo solo un año. Ninguno sabía el motivo de la invitación, pero todos aceptaron, por ser muy amigos de Irene y de su anterior pareja Jacinto. Todos preguntaban al llegar a que se debía la invitación, porque no era ningún día especial. —ya os enteraréis al final de la cena—-contestaba Irene con una sonrisa. Irene lleva tres meses separada de su marido, ella no quiso nunca explicar las causas, todos creían que esta noche lo explicaría, (posiblemente sea de esa manera, no obstante la noche será muy entretenida) Empezaron por un exquisito pica, pica, compuesto de diversos platos, todo muy rico según los comensales. Irene personalmente se encargó de servir a cada comensal el segundo plato, muslos de pato confitados con verduras, no quiso que nadie le ayudara, era la anfitriona y quería ser responsable del trato a sus invitados. Varias veces preguntaron las chicas, el porqué de la exquisita cena, ella solo sonreía y respondía. —a su debido tiempo lo sabréis – el secreto tenía inquietos a los comensales, nunca antes una cena de este tipo, y lo más extraño el poco tiempo que hacía de su separación, únicamente tres meses. El postre fue tiramisú para todos, todos alabaron el punto tan espectacular de este postre, brindaron por la anfitriona, ella solamente sonreía. Cuando acabo la cena, Irene se levantó y empezó un pequeño discurso que tenía preparado. —como todos sabéis llevo tres meses separada, y la noticia que quería daros es que estoy embarazada— las chicas se levantaron para felicitarla, ella levantó la mano y continuo con su discurso. —sentaros que todavía no he acabado, la criatura que espero no es de mi exmarido Jacinto – las chicas sonreían pensando que Irene tenía una nueva pareja. —no, no tengo nueva pareja, el padre de la criatura es uno de los aquí presentes— todas las mujeres miraron a sus respectivas parejas, ellos movían la cabeza negativamente. —y como supongo que él lo negara, me tome la molestia de en su plato poner un tipo de veneno que hará efecto en menos de tres horas—sorprendió Irene alguno de ellos intento levantarse para marcharse del lugar. —no, no podréis salir, la puerta está bloqueada y como sabéis es brindada, desde el balcón tampoco podéis intentar nada, imposible pasarse a otro piso, nadie se moverá hasta pasadas tres horas— —una última cosa esto que veis—dijo enseñando un pequeño frasco —es el antídoto para neutralizar el veneno, solo lo daré cuando el padre de la futura criatura hable— espero al afortunado en la cocina para darle el antídoto, de lo contrario morirá— Irene se confinó en la cocina cada pareja se fue a distintos rincones de la casa. Carmen y Jose estaban en una habitación, ella miraba a su marido y lo contemplaba sudar, eso la altero un poco. —eres tú—pregunto Carmen Jose se puso a llorar, únicamente estuve una vez con ella, después de la separación ella se insinuó y no pude resistir, lo siento mucho, perdóname. —como quieres que crea que únicamente ha sido una vez, eres un monstruo, te odio—le gritaba Carmen los dos fueron a la cocina para que Irene le diera el frasquito que le salvaría. —siento defraudarte Jose, pero tú no eres, lo tuyo fue un desliz, pero no fuiste tu el causante de mi embarazo—sorprendió Irene los dos se marcharon a la habitación otra vez, para continuar con la discusión. En otra de las habitaciones Loli y Juan, también hablaban, en un momento de la charla, Juan salió corriendo al lavabo a vomitar, cuando acabo salió llorando, y confesando. —de los ocho años que llevamos casados, hace cuatro que estoy con ella—dijo mientras seguía vertiendo lágrimas. —eres un maldito hijo de p…—soltó secamente loli. Solo Juan fue a la cocina a recoger la pócima. —no Juan tú no eres el padre, tú eres estéril, puedes hacerte las pruebas y lo comprobarás— Juan se fue a la habitación para manifestárselo a Loli, que seguía llorando amargamente. Rosa y Ernesto, ya hacía un tiempo que no estaban bien del todo, y Rosa lo tenía claro el causante era Ernesto. —si me acuesto con ella, ya que tú no me das ni cariño ni sexo, ella me da lo que necesito en ese sentido—replico Ernesto sin dejar que hablara ella, Ernesto fue a la cocina se acercó a Irene para abrazarla y ella lo rechazo. —No Ernesto lo nuestro fue únicamente deseo y tú tampoco eres el padre te lo aseguro— Ernesto se fue junto a Rosa y se sentó en una butaca sin expresar ni una palabra. Maria y Pedro son una pareja liberal, sabían con quién se acostaba cada uno, solo un reproche de ella a él. —porque no te pusiste protección—pregunto ella —siempre me la puse, únicamente una vez no lo hice, pero me fui fuera, te lo aseguro— fueron los dos a la cocina y le pidieron el frasco, su respuesta les sorprendió —no Pedro, tú no eres el padre, siempre lo hacíamos con protección, y la única vez, no ocurrió te lo aseguro, ya estaba embarazada— los dos se marcharon y no entendían nada. La última pareja Gloria y Ricardo que únicamente llevaban un año también fueron a la cocina, él había confesado que en una borrachera callo en sus redes y no puso evitarlo. —No Ricardo, tú no eres el padre, estabas demasiado borracho y ni siquiera llegaste al final—contesto Irene. Irene se puso en el centro del salón, los llamo a todos, les pidió tranquilidad y un poco de silencio. —no, no estoy embarazada, solo era una motivación para que confesarais vuestras infidelidades. La verdad es que mi exmarido, era bisexual, y tenía sida, todos los hombres aquí presentes, se fueron a la cama conmigo, yo también cogí el sida, por lo tanto todos y cada uno de vosotros, tenéis muchas posibilidades de ser seropositivos, a vosotras os digo que no le echéis la culpa a vuestras parejas por ser infieles, ya que vosotras también os acostasteis con mi exmarido Jacinto, y si él no está aquí es porque no quería desenmascararos, de esta manera las posibilidades de que estéis contagiadas son muchas, os pido que os hagáis análisis y no busquéis un culpable, las cosas son de esta manera y no las podemos cambiar, la puerta está abierta y podéis marcharos. Todos fueron saliendo por la puerta con la cabeza baja y avergonzados de su actuación.

EL SEMAFORO

  En la ciudad de Kiruma, un sitio donde las luces de neón brillaban por las noches como destellos anticipando un nuevo día, justo en el cen...