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AMNESIA AMAZÓNICA


El grandioso Amazonas se extendía ante sus ojos, un océano de tonalidades verdes en todas sus variantes. Una vez dentro, solo había una melodía: la de los cantos de las aves. Su cabeza giraba en todas direcciones, intentando absorber en su mente todo lo que podía ver. El aire que respiraba era pesado y húmedo, como si entre el suelo y la copa de los árboles existiera un océano invisible. Entre los sonidos de todo tipo de animales, aumentados por el crujir de sus pies al pisar las hojas caídas de los árboles, comenzaba la historia de un hombre, Pedro, en busca de un pasado perdido. Después de muchos años con amnesia temporal, provocada por las fuertes fiebres que sufrió en su juventud, los recuerdos comenzaron a surgir en su mente. Una mañana, después de despertar temprano, recordaba un fragmento de lo que consideraba un sueño, aunque poco después se dio cuenta de que no era un sueño, sino un recuerdo que había regresado de repente. No podía apartar de su mente la voz de su padre que le contaba una historia sobre oro y la peligrosa selva amazónica. Cada día recordaba un poco más de esas charlas con su padre. “—Hijo, en un lugar que te explicaré más adelante, encontrarás una fortuna en oro. Esa será mi herencia para ti”, le decía su padre. Luego recordó cómo su padre le guiaba mentalmente a través de unos oscuros túneles en las profundidades de la selva más grande del mundo. A la mente de Pedro llegaban imágenes fragmentadas de un hombre que desafiaba la oscuridad y el peligro en busca de riquezas en las profundidades de la tierra menos explorada del mundo. Su padre era su héroe, y después de tanto tiempo olvidado, los recuerdos comenzaban a aflorar. Recordaba la lucha que su padre tuvo que enfrentar contra la codicia y la traición de sus propios compañeros. Pedro recordaba cómo muchas noches las pasaba en vela esperando el regreso de su padre, para que le contara las historias de peligros que vivía cada día. Las cicatrices en el cuerpo de su padre eran testigos silenciosos de la lucha diaria en las profundidades de la tierra. Su padre había sobrevivido a derrumbes, inundaciones y la peor lucha, que era contra sus propios compañeros que intentaban robarle su pequeña fortuna. Pedro recordaba con lágrimas en los ojos la historia que le contó su padre, cómo una noche había escapado de un intento de asesinato perpetrado por los mismos que intentaban robarle. Intentaron silenciarlo para siempre, pero su padre logró escapar de la casa en llamas para poder contarle a su hijo algún día dónde estaba su fortuna. Con el tiempo, ya en una edad avanzada, el padre de Pedro regresó a su país con las manos vacías y la maleta rota, pero con el conocimiento de dónde había escondido toda su fortuna. Le explicó a Pedro con señales concisas dónde podría encontrar el fruto de su trabajo. Este fue su último legado, aunque Pedro en ese momento no era consciente de nada, ya que la amnesia lo tenía en un limbo mental. Ahora, con los recuerdos fluyendo, Pedro estaba adentrándose en la selva que tantas veces había visto en televisión, en busca de algo que no sabía si existía, aunque su corazón le decía que sí. Cada paso que daba hacia el interior de esa selva hacía que el misterio olvidado por tanto tiempo pareciera al alcance finalmente. Los rascacielos de árboles impedían ver el sol, pero las indicaciones de su padre lo acercaban cada vez más. Los días se convirtieron en semanas, y parecía que en cualquier momento cesaría en su absurda búsqueda. Finalmente, un día entre la espesura de la maleza, encontró lo que buscaba: la entrada a la mina. La soledad de la mina hacía resonar los pasos de Pedro como si fueran tambores, y su corazón parecía un instrumento de percusión. No sintió miedo en ningún momento, desde el más allá sabía que su padre estaba con él. En un momento de la búsqueda, se detuvo a pensar en la cantidad de historias que podrían contar esas paredes. Fue entonces cuando Pedro pudo divisar lo que tanto buscaba: un tesoro escondido entre capas de tierra y piedras, esperando ser encontrado por el hijo del minero que tanto tiempo sufrió de amnesia. Con el tesoro en sus manos, por fin pudo regresar también a su país. Aunque en el fondo de su corazón sabía que estaba haciendo lo que su padre quería. Con el oro, pudo construir una residencia para las personas mayores del pueblo. Todos en el lugar conocían la historia de un minero que acumuló una fortuna para dejársela a su hijo amnésico, quien recuperó sus recuerdos en el momento oportuno.

SIEMPRE JUNTOS


 Los dos eran conocidos en el pueblo, lo que se llama instituciones, hasta los críos que jugaban a pelota en la plaza los reconocían, ellos eran; Montse y Alfredo

Desde bien pequeños se conocían, eran compañeros de risas y travesuras, fácilmente se les podía ver en el parque de los columpios, compartían secretos y exploraban el mundo juntos. —mira Alfredo, esta mañana paseando por la playa me encontré esta bonita concha en la arena— —Es muy bonita Montse, la guardaremos como un tesoro de nuestra amistad--- Conversaciones como esta eran habituales entre los dos, lo que tenía que pasar, paso, entre risas y tardes de aventuras, creció el amor entre los dos. Con el paso de los años su amistad se transformó en un vínculo más profundo y especial que resistió el paso de los años. La amistad se convirtió en un amor puro y verdadero. —¿crees que estaremos siempre juntos, Alfredo?--- —sí, Montse, nada podrá sepáranos— Nunca podrán olvidar aquella tarde dorada, bajo el roble donde tantas veces habían jugado de niños, Alfredo se arrodilló y le pidió a Montse que fuera su esposa, con lágrimas en los ojos, ella aceptó, sabía desde ese momento que nunca estaría sola, mientras estuviera Alfredo a su lado. La boda fue una celebración para todo el pueblo, todos eran felices, porque los conocían a los dos desde chavales. Construyeron una vida juntos, pasados unos años, la casa sintió la alegría de la llegada de los hijos, hasta cuatro hijos tuvieron, vieron crecer a nietos y también bisnietos, que llenaron sus días de alegría, la felicidad era total en aquel hogar. Desgraciadamente, el tiempo no perdona y la salud de Montse comenzó a flaquear, a pesar de todos los esfuerzos médicos y la total atención de Alfredo, llego lo que nadie quería, Montse dejaba este mundo, en silencio como siempre había sido ella, y con ella se llevó un trozo del corazón de Alfredo. El dolor de la perdida fue abrumador para él, durante un año entero se llenó de un vacío insostenible, sus lágrimas era la compañía que tenía a diario. Cada día extrañaba más a Montse, echaba de menos su amor, su sonrisa y su presencia que le daba vida. En el aniversario de la partida de ella, las fuerzas le fallaban a Alfredo, sintió que ya no podía soportar el peso de la soledad. Se tumbó en la cama, lugar donde tan buenos momentos pasaron juntos, cogió la concha que un día recogió ella de la arena del mar. Cerro los ojos y lentamente se marchó hacia donde estaba su amor Montse. Cuando se encontraron en el más allá, fue un encuentro de amor, al fin encontrarían la paz que tanto deseaban. En la eternidad, Montse y Alfredo se abrazaron con fuerza, prometiéndose amor eterno nuevamente, solo que esta vez el dolor y la tristeza no podían alcanzarlos en aquel lugar, en ese sitio de luz y sombras, nunca más se separaron, porque su amor era superior a la muerte. P.D. Dedicado a todas esas parejas que pasan sus vidas juntos

MASAJE SALVADOR


 Esta historia ocurre en el precioso pueblo de Cadaqués, en la costa brava, un bello pueblo junto al mar Mediterráneo, sus empedradas calles contrastan con la blancura de sus casas y el intenso azul de sus puertas y ventanas.

En este paradisiaco lugar vivía Nani, su trabajo: masajista Pero no era una simple masajista, tenía un don especial, el cual había heredado de su abuela, podía sanar a las personas con sus manos, era reconocida en todas las poblaciones cercanas, solían venir de, Tossa de mar, Begur, y muchas otras poblaciones a poner sus cuerpos en manos de la masajista, la cara de los pacientes a la entrada y la salida reflejaba la mejoría después de pasar por ella. Muchos acudían a ella como si fuera una de las antiguas curanderas que solían encontrar por la zona, pero no, ella solo curaba a través de los masajes con sus manos. La vida de Nani, cambio bruscamente un frío día de invierno con una fuerte tramontana de fondo, mientras cerraba su consultorio, una banda de ladrones la embosco, arrastrándola hacia la oscuridad de los rincones de las frías calles, lucho fuertemente, pero un golpe en la cabeza la dejo inconsciente, llevándola lejos del lugar. Cuando Nani recobro el conocimiento, se encontró en una vieja casa, rodeada por frondosos pinos, podía escuchar de ruido de fondo el mar, claramente se encontraba cerca de un acantilado, la banda la secuestro para que curara todos los golpes que recibían sus miembros en sus fechorías, día a día Nani veía como su espíritu se rompía, en cambio, su poder sanador continuaba intacto. Entre todos los casos que tuvo que sanar en su cautiverio, estaba el de Jordi, este chico fue fuertemente golpeado en una pelea con una banda rival, el cuerpo le quedo lleno de moratones con un dolor prácticamente insostenible. Jordi apenas se podía mover, pasados unos días de la paliza, Nani empezó las sesiones de masaje en el maltrecho cuerpo. El proceso fue agotador y angustiante, Nani en ningún momento dudo de que el joven Jordi, se recuperaría, la energía sanadora de la masajista, luchaba contra el veneno de violencia y odio que dejaron al joven al borde de la muerte. Cuando estaba a punto de acabar Nani, una de las últimas sesiones, Jordi la cogió de las manos, apretándolas fuertemente, dándole las gracias por su trabajo. —gracias por salvarme la vida— —sabes que lo hago obligada, tus amigos me tienen secuestrada— —te ayudaré a escapar, como agradecimiento por tu ayuda--- Una oscura noche, Jordi entro donde dormía Nani, pidiéndole silencio, le susurro que le acompañara. Caminaron media hora y al llegar a una carretera, el secuestrador le dijo lo que tenía que hacer. —sigue recto por la carretera, cuando llegues al primer pueblo pides ayuda, explica a la policía donde estamos, yo no quiero seguir en esta vida, pero la única forma de salir vivo es detenido o muerto— —porque no escapas tú conmigo— —me seguirían y una vez me encontrarán, me matarían— Nani camino tambaleante hacia el pueblo, una vez en él hizo todo como le advirtió su captor. Una vez detenidos todos los integrantes de la banda, por fin pudo volver a Cadaqués, caminaba despacio mirando todos los lugares donde vivió, se paró justo frente al restaurant Nord Est, desde el interior el chef de cocina Gabriel la miraba sorprendido, todo el mundo la daba por muerta, hacía mucho tiempo que desapareció, tímidamente el jefe de cocina levanto la mano para saludarla, Nani esbozo una sonrisa, se acordaban todavía de ella, la noticia corrió como la pólvora, todo el mundo quería estar cerca de ella para escuchar su increíble historia, con lágrimas en los ojos, Nani repetía lo sucedido a todos los que querían saludarla y darle un fuerte abrazo, la gente escuchaba en silencio horrorizada por todo lo sucedido, todos y cada uno de ellos, proferían palabras sobre su inmensa fuerza para sobrevivir. Con el tiempo Nani volvió a practicar el arte del masaje, demostrando a todo el mundo que siempre hay luz al final del túnel

LA ODONTOLOGA


 La ciudad era tranquila, nunca sucedió ningún acto violento, dentro de los negocios que tenían en el lugar, uno destacaba por encima de los demás, la clínica dental de la doctora, Maria Hernández, la clínica era conocida no solo por su impecable reputación, también era conocida por la paz y tranquilidad que sentía todo el mundo cuando la visitaba; sin embargo, detrás de las puertas de la clínica había un secreto que solo la doctora conocía.

El secreto era algo aterrador que sucedía cuando la doctora se quedaba a solas con su paciente y empezaba la extracción dental que necesitaba el paciente. La doctora tenía un don aterrador; robar el alma del paciente a través de la extracción dental, este don lo descubrió un día de forma casual. El día del descubrimiento, mientras realizaba una extracción complicada, sacando la muela con raíz incluida, una energía oscura acompañada de una pequeña neblina que fluía desde el paciente hacia ella, haciéndola sentir un poder incontrolable. A partir de ese día cada trabajo de la doctora acababa con el robo del alma del paciente. Un día bastante tarde se presentó en la clínica un nuevo paciente, Jesús. Jesús era un hombre nervioso, con auténtico pavor y terror a los dentistas, la doctora Maria intento calmarle en el trayecto desde la recepción hasta el sillón dental, ella sabía que esté sería un trabajo muy diferente. Mientras empezaba el trabajo, Maria, empezó a notar como la energía que se acumulaba en la pieza dental, saldría como un torrente en el momento que ella ejecutara su protocolo para la extracción, una sensación de inquietud se apoderó de ella mientras hurgaba en la boca de Jesús. Finalmente, llegaba la hora de la verdad, Maria agarro fuerte la muela con los alicates de trabajo, esta vez todo fue diferente, mientras retiraba la pieza, una profunda oscuridad se apoderó de la sala, acompañada de un desgarrador grito que rompió el silencio de la tarde noche. Jesús, con los ojos fuera de órbita y una palidez mortal en su rostro, señalo con su dedo índice, acusadoramente a la doctora Maria. — Me has robado el alma—grito el paciente, con una voz aterradora llena de miedo La doctora asustada por el cariz que tomaban los acontecimientos, retrocedió asombrada por la reacción del paciente. Mientras la oscuridad se apoderaba de la sala, la doctora se preparaba para la batalla final. Las almas de los pacientes anteriores comenzaron a materializarse a su alrededor, eran figuras etéreas con rostros deformados por el dolor y la ira que sufrieron en el momento de su muerte del más allá, las voces de los fantasmas llenaron el aire de la habitación con lamentos y acusaciones sobre la doctora. Las voces de los espíritus clamaban justicia por haber sido despojados de su identidad. Maria se encontraba en el centro de la espiral de espectros que le rodeaba, mientras luchaba por mantener la cordura, aunque la oscuridad que la rodeaba la estaba consumiendo. Si cedía en su lucha acabaría siendo tragada por la oscuridad que había desatado con su acción. Con decisión la doctora invoco el poder que poseía por las almas que consiguió en su trabajo, algunas de almas intentaban defenderla, mientras otras intentaban atacarla para acabar con ella, cada golpe que recibían sus defensores, la doctora se daba cuenta de que su fuerza disminuía, pero se negaba a ceder ante sus atacantes. De repente entre todas las apariciones un alma enfurecida intentaba acabar con ella, era el alma de Jesús, sus ojos brillaban con una fuerte intensidad, la más fuerte de todas y la más decidida a destrozar a la doctora, su voz sonó entre todos. —tu poder no es nada comparado con el nuestro---grito el alma de Jesús —has desatado una fuerza que no puedes parar y ahora se volverá en tu contra, ja, ja, ja---resonó las palabras del espíritu La doctora temblaba ante las amenazas del alma de Jesús, pero no podía ceder o acabaría muerta. Con todas sus fuerzas la doctora ataco enfurecidamente el espectro de Jesús, el golpe que recibió fue de tal magnitud que un destello de luz ilumino la sala, las almas que estaban todavía en ella se dispersaron volviendo a las tinieblas de donde no tenían que haber salido. Cuando la luz desapareció, la sala de la clínica dental quedo en silencio, la doctora Maria estaba exhausta en el suelo pero viva. Se incorporó poco a poco apoyándose en una de las paredes, estaba sola, pero ella ya sabia que la lucha estaba lejos de haber acabado.

SOLO DE SAXO




 Las ruidosas calles de la ciudad, donde los letreros luminosos no dejaban de parpadear al ritmo de la música, que se escuchaban en la mayoría de locales, las notas musicales fluían como un río continuo.

En este lugar era fácil encontrar a Enzo. Enzo era conocido por ser un virtuoso entre los amantes del Jazz, sus improvisaciones eran esperadas por todos en sus actuaciones, su habilidad con el saxo, le supuso estar en la cima de los músicos en ese género, sin embargo, dentro de su reconocimiento había un pequeño problema; su obsesión por la perfección. Desde su más tierna juventud, la música fue su escape personal en un mundo lleno de caos y luchas. Criado en una familia de grandes músicos, Enzo aprendió a amar el jazz.su padre era un pianista consumado, lo solía acompañar a clubs nocturnos de jazz, donde las notas se fusionaban con el ruido ambiental. En uno de ellos es donde Enzo se enamoró del sonido del saxo, escuchaba fascinado como los músicos improvisaban aquellas melodías, que resultaban hermosas y únicas, desde ese instante supo que quería dedicarse a la música. Con el tiempo Enzo se convirtió en un saxofonista experimentado, su facilidad para la improvisación y el conocimiento de la teoría musical, le hacía destacar sobre los demás músicos. Gracias a su habilidad con el saxo, fue reclutado en la banda de Jazz más conocida de la región donde vivía. Mientras más tocaba, más le entraba la obsesión de la perfección musical, cada una de las notas que salían de su saxo, tenía que ser perfecta, diariamente pasaba horas enteras en su estudio perfeccionando cada una de ellas. Cuanto más se esforzaba, más se enfadaba consigo mismo, cada error, cada fallo en la emisión de una nota era un tormento, creándole una gran sensación de ansiedad y frustración. Aunque lo que verdaderamente le atormentaba era el miedo al fracaso, tenía miedo de que alguna vez no fuera capaz de superar la anterior actuación, era tan grande su obsesión que no se daba cuenta de que su salud mental corría peligro. Tan grande era sus ganas de perfección, que empezó a afectar sus relaciones personales, sus choques con sus alumnos y colegas cada vez eran más frecuentes, hundiéndose cada vez más en la soledad: Solos él y su saxo, rodeados de las bellas melodías que conseguían emitir. Después de un enfrentamiento con uno de sus alumnos, tomo la decisión; retirarse temporalmente de la música y buscar ayuda profesional a sus problemas. Encontró un lugar para retirarse aislado en la parte alta de una montaña, antiguamente fue un monasterio, donde el único sonido que podían oír era el canto de los pájaros, al principio pensó en marcharse y afrontar en soledad sus miedos, pasaron los días y se fue dando cuenta que verdaderamente necesitaba estar en aquel lugar. Los residentes del centro eran una veintena, todos luchando contra sus miedos y demonios internos. Empezó a conocer a algunos de ellos, se encontraban en los paseos por los jardines, intercambiaban algunas palabras, con el tiempo su afinidad con uno de ellos fue más grande, este hombre era Francisco. Francisco era mayor, llevaba en el centro más de diez años, Enzo descubrió que era un hombre inteligente y sabio, se sentía muy a gusto junto a él, le contó por qué estaba en el centro y porque no quería salir; tenía miedo al exterior, por eso seguía en el centro. Las palabras de Francisco le hicieron ver a Enzo que no estaba solo en su lucha, que fuera de allí había gente que le esperaba. Con el tiempo Enzo empezó a sentirse bien consigo mismo, aprendió a aceptar sus imperfecciones. Un día un músico visito el centro, era un saxofonista retirado que quería deleitar a los internos con sus melodías, cuando Enzo escucho el sonido del saxo, las lágrimas le resbalaban por sus mejillas. —puedes dejarme tocar el saxo, por favor—pidió Enzo —¿crees que sabrás?—pregunto el músico desconociendo la historia de Enzo —si alguna melodía conseguiré sacar del instrumento— Cuando sonaron los primeros acordes, todo quedo en silencio, nadie quería perderse ni una nota. Cuando acabo la jornada festiva, Enzo tomo una decisión. Estaba preparado para abandonar el centro y enfrentarse de nuevo al exterior, Francisco le dio el último impulso. —sal, sal y comete el mundo con sus imperfecciones, demuéstrales a todo el mundo quién eres, si no lo haces, ahora te pasará como a mí, otro día ya será tarde y no podrás salir, sal ya—acabo la frase con un ligero empujón El día que finalmente salió, el sol brillaba y el aire fresco de la primavera le acariciaba su cara. Cuando llego a su ciudad la primera parada que realizo fue al local donde solía tocar antes de su ingreso, mientras caminaba por las calles sintió emoción y nostalgia de los viejos tiempos. Dos semanas después, el cartel anunciador era claro. “”“”Estreno de los nuevos temas de Enzo“”“” Ese día fue un éxito, arropado por sus viejos camaradas y acompañado por sus alumnos, entre todos los asistentes una persona no se perdía detalle de todo lo que sucedía, esa persona era Francisco que decidió también salir a luchar con la realidad. P.D.: Relato dedicado a juan Carlos Narzequian, un referente entre los músicos en Calella y alma mater de la creación de “Café jazz” en Calella en el 25 aniversario, Gracias Juan Carlos

EL VIGILANTE


 Las luces de neón eran habituales en las noches de fin de semana, la música solía retumbar como un pequeño terremoto, incluso el suelo temblaba de la cantidad de watios de sonido que emitían los gigantes altavoces. El nombre lo decía todo “Discoteca Tsunami”.

Cuando empezaba a entrar la noche, la fila de jóvenes que esperaban para entrar parecía infinita, los que se encontraban en la cola, estaban deseosos por entrar, los que ya habían entrado bailaban frenéticamente al ritmo de la música electrónica que pinchaba el DJ. Controlando entre la multitud, se encuentra David, un joven de aspecto serio que durante su trabajo raramente sonreía, llevaba ya en esta discoteca varios meses trabajando. Para mantener la seguridad y el orden dentro del local, aunque su trabajo a veces era ingrato, David siempre se esforzaba por mantener la calma en situaciones límites. La noche avanzaba sin apenas ningún incidente importante, el vigilante salió del interior del establecimiento, para controlar la zona del parking. El estruendo fue ensordecedor, el edificio tembló todo. La explosión retumbó desde el interior, seguido de gritos de pánico, era interminable el sonido de cristales rotos. David rápidamente se dirigió hacia el interior de la discoteca, esquivando a los heridos que salían por su propio pie, su misión en este momento era sacar a los heridos que no podían salir por sí mismos. Cuando llego al centro del desastre una densa cortina de humo y polvo impedía una visión correcta de la situación, las alarmas de emergencia rompían el silencio de la tragedia. Entre los escombros, David vislumbro la silueta de una chica inconsciente en el suelo, bajo una columna derrumbada. Con un impulso de valor, David se acercó a la chica, apartando todos los escombros que tenía sobre ella, apartándola de los restos que seguían cayendo todavía. Una vez la joven estaba a salvo, el vigilante se giró para intentar ver alguien más que necesitara ayuda, avanzo dos pasos, no pudo avanzar más, una nueva columna se desprendió del techo cayendo sobre él, aplastando su brazo, con un ruido ensordecedor, a pesar del dolor David se negó a rendirse, con las únicas fuerzas que le quedaban consiguió quitar todo lo que le cayó encima, se dirigió de nuevo a la chica para sacarla del infierno que se había convertido la discoteca. Una vez fuera de peligro, evaluó el desastre, la discoteca era un caos total, la explosión dejo heridos y personas atrapadas entre los escombros. Con el brazo roto y una fuerte sensación de dolor, siguió ayudando a los heridos, las ambulancias y policías no tardarían en llegar, intento tranquilizar a los más histéricos, y puso algún torniquete a quien lo necesitaba. Finalmente, llegaron los servicios de emergencia, con equipos de ayuda profesional. A medida que la noche llegaba a su fin, el caos disminuía lentamente, la discoteca unas horas antes llena de vida y música ahora era un montón de ruinas, gracias al coraje y determinación de David y otros anónimos ayudantes, se evitó una tragedia todavía mayor. En los días siguientes la historia del vigilante corrió como la pólvora, su cara salió en muchos medios, fue elegido como héroe, su brazo se sanó y pudo continuar trabajando. Después de la noche del desastre de la discoteca Tsunami, la vida de David cambio mucho. Nunca podrá olvidar el miedo de aquellos atrapados entre los escombros, la angustia de los heridos y la desesperación de los que buscaban a sus amigos. Con el tiempo la vida volvió a la normalidad, la discoteca Tsunami volvió a abrir sus puertas, aunque la sombra del desastre nunca se olvidara en las mentes de aquellas personas que habían sido testigos del desastre. La noche de la reapertura, las luces brillaban con un brillo renovado y la música volvía a resonar en el aire. El alcalde habló para todos, igual que el dueño de la discoteca, pero las palabras más esperadas eran las de Eva; este era el nombre de la chica que el vigilante salvo. —David, no hay palabras suficientes para expresar mi gratitud por lo que hiciste por mí esa noche, eres un héroe, siempre te estaré agradecida— No pudo continuar la chica, las lágrimas le resbalaban por sus mejillas, igual que por las de muchos recordando la tragedia. David volvió a su trabajo, todo el mundo le llamaba el héroe del Tsunami, pero él solo quería olvidar ese desgraciado día, donde no pudo salvar a más personas.

EL DIA 22


 En los límites del pequeño pueblo, perdido entre colinas y verdes campos, no muy lejos del mar, te encontrabas con el antiguo camposanto, conocido vulgarmente como cementerio de los cojos (parece ser que le pusieron ese nombre, por la cantidad de personas enterradas que solo tenían uno de los pies)

Los vecinos del pueblo evitaban pasar cerca de él, no solo por el recuerdo de la muerte, también tenían otro miedo, por una antigua leyenda que rememoraban los residentes en el pueblo. Cuentan la historia que todos los 22 del mes una aparición se materializaba en una de las paredes del cementerio. Algunos juraban haberla visto, otros la atribuían a historias de las abuelas para asustar a los niños atrevidos. La mayoría empezaron a cambiar de opinión cuando varias personas fallecieron después de comentar que habían visto la misteriosa figura que se aparecía. Todos recuerdan la muerte de don Gilberto; hombre, elegante, con bastantes años encima, la guerra le dejo como recuerdo una herida de grandes dimensiones en el pecho. Cada día solía pasear por los alrededores de la tapia del cementerio, un día regreso temblando a casa, susurrando haber visto algo espantoso, a pesar de las preguntas no supo responder con claridad su visión. Dos días después de su contemplación, fue encontrado muerto en su cama con una expresión de terror congelada en su rostro. La noticia corrió como la pólvora por los pueblos más cercanos, la obsesión por conocer más detalles hizo que muchas personas se acercaran a la necrópolis cuando el día 22 estaba cerca, cada vez que alguien osaba estar cerca del cementerio ese día, solía acabar en tragedia. Los más atrevidos se dedicaban a investigar por su cuenta, contando luego su visión. —era una figura etérea, envuelta en tenebrosas sombras, que desprendía dolor— Entre los que no creían nada de esos relatos estaba; Jacinta Jacinta era una mujer valiente y atrevida, nunca creyó en supersticiones, decidió investigar por su cuenta, estaba segura de que detrás de todo eso había una explicación lógica. Mientras intentaba buscar una lógica, se acercaba el temido día 22 del mes, cuanto más cerca estaba el día, más grande era la sensación de inquietud y temor que se estaba apoderando de ella. La temida noche llego con una intensa niebla que rodeaba todo el pueblo, aunque mucho más densa en la cercanía del cementerio. Jacinta estaba dispuesta a aclarar para siempre el misterio de las apariciones del día 22,se puso un gorro granate sobre su rizada melena, un anorak gris oscuro para no sentir el intenso frío, con paso decidido se dirigió hacia el cementerio, su única arma una potente linterna y su decisión. Noche cerrada, el silencio era total cuando sus pasos entraban en el interior del camposanto, solo se rompía cuando sus pies hacían crujir las ramas de los árboles caídas. Al acercarse a una de las paredes del cementerio, pudo distinguir claramente una sombra entre la espesa niebla. Jacinta contuvo la respiración, su corazón latía en su pecho, como un caballo desbocado. La figura se fue formando lentamente frente a ella. Era una figura de mujer alta y esbelta, con el rostro muy pálido y unos ojos negros y profundos, que se meterieron en lo más hondo de su ser. Jacinta se quedó quieta y sin pestañear, luchando internamente contra las ganas de salir huyendo del lugar. La figura no demostraba ningún tipo de amenaza hacia ella, al contrario, el rostro emanaba una profunda tristeza. Con voz temblorosa, Jacinta rompió el silencio. —¿quién eres?---susurro con un pequeño hilo de voz La figura permaneció impasible durante unos segundos, después extendió una pálida mano hacia ella, Jacinta retrocedió instintivamente, cuando pudo ver los ojos de la aparición se detuvo, de sus ojos solo salía dolor, nada de miedo, solo dolor. —soy un alma perdida—sonó la aguda voz como un eco lejano —solo quiero perdón y paz— A Jacinta le vinieron ganas de llorar, un nudo apretaba su garganta, la tristeza de la voz la emociono totalmente, extendió su mano derecha hacia la aparición, esta vez Jacinta no retrocedió, los dedos de las dos se encontraron en el aire, uniendo dos mundos el terrenal y el celestial. —que quieres—pregunto Jacinta La figura pareció estudiar la pregunta antes de responder. —quiero descansar en paz, pero no la encontraré hasta que no se haga justicia—respondió con una voz rota por el dolor —¿justicia?, que quieres decir—pregunto Jacinta La figura emitió un profundo suspiro de dolor. —Fui injustamente condenada por un crimen que no cometí, mi alma vago en busca de perdón, pero solo encontré sufrimiento—sonó con amargura en su voz Jacinta sintió un escalofrío que le recorrió toda la espalda, la historia que le acababa de contar hizo que se despertara una sensación de compasión y empatía hacia la figura que se la estaba explicando. —que puedo hacer yo—pregunto Jacinta angustiosa La figura se acercó a ella, envolviéndola en una unión de sensaciones que nunca antes había sentido. —tienes que encontrar la verdad, solo entonces podre descansar eternamente---- acabada esta frase, la figura se desvaneció entre la niebla, desapareciendo de los ojos de Jacinta El corazón de Jacinta seguía latiendo a gran velocidad, pero ella no tenía miedo, lo que sentía era una determinación total para resolver el enigma. Se levantó temprano, empezando la investigación para ayudar a la figura misteriosa, descubrió papeles oficiales donde pudo empezar a averiguar lo que atormentaba a la aparición del cementerio, varios días después ya lo tenía claro, sabía quién era y podía ayudarle. La figura que aparecía cada día 22 era el espíritu de una mujer, injustamente acusada de un asesinato que nunca cometió, y que fue ejecutada sin poder defenderse, decidida a hacer justicia, Jacinta consiguió las pruebas suficientes para demostrar que no fue esa mujer la culpable del asesinato que se le imputaba. Presento todo ante las autoridades y después de una revisión minuciosa del caso se llegó a la conclusión que la mujer fue víctima de una persona con poder e influencia en aquellos tiempos. El día que se revelaron los hallazgos, todo el pueblo fue en romería al cementerio, colocando flores en toda la pared donde solía aparecer, rezando y pidiendo perdón. Jacinta observaba con una sonrisa de gratitud la multitud allí reunida, su tenacidad había hecho posible que se supiera la verdad. Ese mes el día 22 no hubo ninguna aparición en el cementerio, lo que encontraron fue una sensación de paz y tranquilidad, nunca antes vista. Desde entonces el cementerio ya no es un lugar prohibido, la historia contará que una mujer llamada Jacinta ayudo a una aparición a descansar eternamente en paz, a partir de ese día el espíritu que vago, descansaba en paz, gracias a una heroína que pudo limpiar su memoria

D.E.P`. NALA


 

Era el año 2011,creo recordar que cerca de navidad, temprano cogí uno de los primeros trenes dirección Barcelona Sans, tenía que encontrarme con una mujer que no conocía de nada, a ti tampoco te conocía, pero estaba seguro de que eras lo que estábamos buscando. Toda la vida he tenido algún tipo de animal de compañía en casa, varios perros, pero ninguno como tú, eras la perra más inteligente que he conocido, hoy nos dejas tristes, tu partida no la teníamos asumida todavía, tampoco eras tan mayor solo 13 años.

 Nunca olvidaré cuando de regreso de Barcelona, cuando volvíamos con el tren, descubrí que con tu mirada, podías hablar, me miraste fijamente y te entendí, querías sentarte encima de mí para viajar juntos, no me importo, te di la autorización y te subiste ágilmente de un salto. 

Cuando lleguemos a Calella, paseando en dirección a casa, paremos en el pipi can para que dieras unas carreras, no quisiste te paraste a mi lado y no te moviste, te agarre con la correa (no te gustaba la correa, pero tenía miedo que te asustaras y salieras corriendo) al llegar a casa te solté, me senté en el sofá, mientras tú inspeccionabas toda la casa, saliste al balcón, subiste a las habitaciones continuamente oliendo todo, cuando ya tenías todo el territorio dominado, viniste junto a mí y te acostaste en mis pies, no te moviste hasta que se abrió la puerta y entraron dos personas, al principio les ladraste esas personas eran tu jefa, y tu mamá (muchas personas no entenderán tampoco quiero hacer que entiendan nada) tu jefa era Judith, gracias a ella entraste en esta casa (no queríamos perros en casa, su voluntad y tozudez lo consiguió) la otra era Encarni tu mamá (era tu mamá porque tú la elegiste como tal) eras su sombra donde estaba ella estabas tú, como olvidar las carreras locas que te pegabas cuando te decíamos “”donde esta mamá, recorrías toda la casa buscando hasta que al final encontrabas su escondite, le reñías ladrando por esconderse para asustarte.

Después paz y a seguirla nuevamente, yo para ti era el otro jefe, nunca desobedecías una orden mía, siempre obediente, menos cuando alguien venía a casa, te sentías amenazada y vigilabas al intruso, cuando pasaba un rato y comprobabas que era amigo, dejabas de ladrar, pero seguías vigilando.

 La última persona de la casa David, no te querías juntar con el cuándo era pequeño era muy bruto jugando y a ti no te gustaba, aunque cuando nos veías marchar a todos y solo quedaba él, siempre acababas en la cama jugando con él, él te cambiaba el nombre y eso a tu jefa la cabreaba, tú eras Nala, no quería otro nombre o apodo para ti. 

Tampoco podre olvidar nunca, durante la pandemia, en el patio de casa, monte un circuito para entrenarte, solo necesitaste 15 minutos para saber lo que tenías que hacer, tengo un par de videos donde demuestras tu inteligencia.

 Tu forma de hablar con la mirada, cuando nos mirabas, sabíamos lo que querías, agua, comida, abrir una puerta, siempre te hacías entender, igual que por la madrugada, intentabas despertar a mamá y como no lo conseguías venías a mí, tenías que salir al patio a hacer tus necesidades, nunca las hiciste dentro de casa. Salias te dirigías al lugar reservado para eso y en menos de cinco minutos corrías dirección a casa otra vez, nunca hacías nada en las aceras ni en el asfalto, de pequeña nos diste un susto, gracias a dios lo superaste.

Volviste con más fuerza y energía, cuando regresábamos a casa cualquiera de nosotros tu alegría era increíble, sabías cuando salíamos si podías o no venir con nosotros, nunca te quejabas.

 Durante trece años, hemos sido una familia de cinco (mucha gente no lo entenderá, tampoco quiero que lo entiendan), tenías tu mutua veterinaria, siempre vigilada por profesionales, esta vez nada pudieron hacer por ti el 13 de febrero te fallaban las piernas, no seguías a mama.

 Caminabas con lentitud y apatía, una visita al veterinario varias pruebas y después de una ecografía el mazazo, tenías cáncer muy extendido. Los llantos empezaron por la casa, no sabíamos cuanto durarías ni cuál sería tu calidad de vida, estaremos contigo hasta el final no lo dudes.

 El último día fue muy duro para todos, te tenías que marchar, no valía la pena más sufrimiento para ti, nunca olvidaremos tu mirada de despedida mientras te acariciábamos todos, después del dolor que dejaste, creo que no volveré a tener otro perro con nosotros, no porque no nos gusten al contrario, pero saber que un día lo tendremos que despedir como a ti, o él se quedara sin alguno de nosotros echándolo de menos, no creo que pudiéramos soportarlo, si algún día volvemos a tener otro será lo más parecido a ti, sobre todo en carácter y alegría.

Cuando entre en casa ya no estarás en la puerta esperando que te acaricie y te dé dos golpecitos en el lomo, nadie me saldrá a recibir, nadie me avisará cuando suene el timbre si no lo escucho, estés donde estés serás la estrella que más brille, tus ojos eran signo de alegría y felicidad, siempre estarás en nuestro corazón, pensaremos mucho en ti.

Trece años de amor, cariño, lealtad no se pueden olvidar fácilmente descansa en paz NALA

INMORTALES


 En la oscuridad de la noche, cerca del frondoso bosque del parque nacional de Yellowstone, en el estado norteamericano de Wyoming, el nombre del pequeño pueblo donde vivía nuestro personaje: Moran

Su nombre James, desde tiempos inmemorables, había vagado por la tierra convencido de su inmortalidad, cada día que amanecía nuestro amigo estaba más convencido de su superioridad sobre los vulgares seres humanos mortales que le rodeaban. James era un hombre alto, fuerte, con cabello moreno y lacio, sus ojos negros azabache producían una mirada tan penetrante que el miedo se apoderaba de aquel sobre el que se posaban. Por contra, su piel era pálida, una palidez amarillenta, casi enfermiza, normal, ya que en el profundo bosque donde solía pasar mucho tiempo, el sol prácticamente no se podía ver, por los frondosos árboles que tenía. Los habitantes de Moran, lo veían pasar por algunas de sus calles y sus miradas eran de intentar descifrar el aura de miedo y misterio que le envolvía. A lo largo de su vida James había visto nacer y morir muchas generaciones, también había visto pasar, guerras, hambre y tragedias inimaginables, el todo esto lo observaba como algo ajeno, algo que a él nunca le sucedería, para él la muerte era algo que solo sucedía a los demás él era inmortal. Al estar tan seguro de eso, inicio una frenética carrera desafiando a la muerte, no le importaba pelear contra tres, cuatro o diez, él estaba seguro de salir victorioso, para el matar era una forma de demostrar su superioridad sobre el resto de humanos, lugar por el que pasaba, lugar que quedaba sembrado de muertes innecesarias. Los vecinos de Moran. Lo miraban con auténtico terror, nadie osaba mirarle fijamente a los ojos, cuando él no estaba cerca se contaban historias en voz baja para no ser escuchados por él, auténticas historias de horror, sobre el hombre solitario que pisaba las mismas calles y frecuentaba el mismo bosque que ellos. A James esas opiniones no le importaban, al fin y al cabo eran simples humanos que en cualquier momento podían perder la vida en un simple giro de sus manos. Un día apareció por Moran, Emma, una mujer rubia, pelo rizado con ojos azules como el cielo en una mañana de verano, desde la primera vez que se miraron, James quedo cautivado por la extrema belleza y el vigor que desprendía, por primera vez veía a una persona diferente a todas las conocidas durante los siglos de estancia en la tierra, lo que más le atraía era su misteriosa presencia. Cuando reía ella, a James le parecía una bella melodía y si solo sonreía enseñando sus blancos dientes, iluminaba la noche más cerrada, nuestro hombre se había enamorado. Poco a poco James se fue enamorando más y más de Emma, por primera vez se empezó a cuestionar su inmortalidad, cuando no estaba con ella, sentía miedo de perderla algún día, aunque su seguridad le impedía pensar mucho sobre ese asunto. Emma también guardaba un oscuro secreto, al igual que James, también estaba segura de ser inmortal, igual que él, había vagado por la tierra durante muchos siglos, ahora en el mismo lugar se encontraban dos almas gemelas en pensamientos, Moran podía convertirse en una olla a presión que en cualquier momento podía explotar. Cuanto más días pasaban juntos, más grande e intenso era el amor que sentían el uno por el otro, ya era un amor obsesivo, juntos exploraron los rincones más ocultos del frondoso bosque, descubriendo algunos secretos desconocidos para todo el mundo, la pasión en el bosque se hacía mucho más intensa, eran dos animales en celo continuamente. El destino tenía preparada una sorpresa para los dos enamorados inmortales, una noche de tormenta cuando los dos se dejaban llevar por la lujuria en una cueva escondida dentro del bosque. Emma le revelo a James su verdadera identidad. —James, quiero que sepas mi secreto, soy inmortal---- —que quieres decir—pregunto James —somos criaturas de la noche, o sea, somos inmortales— —el único inmortal, soy yo, tú solo eres un humana— —ja, ja, ja eres un arrogante, vanidoso— Lleno de furia y negación, James se negó a creer las palabras de Emma, rabioso y furioso, no dudo ni un momento en lanzarse a atacar a ella, convencido de que ella no podía hacerle ningún tipo de daño, por la sencilla razón de que era inmortal. Emma, con lágrimas que resbalaban por sus mejillas, lo miró fijamente a los ojos, mientras susurraba unas palabras —perdóname, perdóname, me estás obligando a hacerlo— Para a continuación, con una daga antigua que llevaba siempre en uno de los bolsillos, clavarla en el corazón de su amado. El dolor le atravesó como un cuchillo ardiente atraviesa la mantequilla, James cayó de rodillas, sintiendo el calor de su sangre mientras se derramaba sobre la fría tierra del bosque, mientras se desvanecía miro fijamente los ojos de Emma, comprendió en ese momento la auténtica realidad.no era inmortal su arrogancia había sido su perdición. Con su último aliento, sintió por primera y última vez como el frío de la muerte le envolvía, mientras Emma lloraba desconsolada por el amor que no podrían disfrutar en la eternidad. En la oscuridad del bosque, dos almas se separaban, condenados a vivir en solitario el resto de la eternidad, nunca más volverían a encontrarse

"" BARRERAS ""


 Toda la historia comenzó aproximadamente hace ocho años.

Cristian era un joven activo y lleno de vida, le gustaban los deportes, le encantaba pasar tiempo al aire libre, los deportes que más le gustaban practicar eran los deportes extremos. El día amanecía soleado y Cristian decidió aquel día, practicar senderismo en las montañas cercanas a la localidad donde residía, eran un grupo de cinco amigos, todos ellos de la misma edad 15 años. Exploraban un camino empinado y rocoso cuando sucedió la tragedia, mientras descendían por una pendiente pronunciada, una roca se desprendió provocando que Cristian perdiera el equilibrio y cayera barranco abajo, la caída fue rápida y violenta, cuando llego al fondo del despeñadero, quedo inconsciente entre las rocas. Sus amigos corrieron hacia él para socorrerle, viendo el estado en que se encontraba, urgentemente llamaron a los servicios de emergencia, la cobertura por la zona era escasa, casi nula, varios minutos después pudieron al final pedir socorro para su amigo. Cristian fue rescatado y llevado de urgencias en un helicóptero al hospital más cercano. Los médicos hicieron todo lo posible para salvarlo, desgraciadamente las lesiones en la columna vertebral eran graves, dejando a Cristian paralizado de cintura para abajo. Todos los amigos y familiares se volcaron en el apoyo de la recuperación del lesionado, a pesar de la grave lesión Cristian demostró una fuerza mental muy grande para luchar contra el percance tan grave sufrido. Este traumático suceso fue el que le dio fuerzas para luchar a favor de los derechos de la comunidad con discapacidad, al principio no le escuchaba nadie finalmente se hizo oír en todas partes. A pesar de su limitación física Cristian era indomable y su pasión por la justicia le impulso a su lucha. En su ciudad las barreras arquitectónicas eran una realidad, dificultando enormemente el desplazamiento en sillas de ruedas, calles sin rampa, aceras estrechas y muchos edificios sin accesos adecuados eran los obstáculos más normales en su día a día Cristian y muchas personas más. Cristian decidió no quedarse de brazos cruzados y pelear contra el silencio administrativo. Con determinación y coraje organizo manifestaciones pacíficas para exigir que se hicieran cambios en las calles de las ciudades, cada marcha que organizaba, más fuerte era el silencio administrativo, la burocracia no se hacía eco de lo que reclamaban, no tenían ningún interés en atender las necesidades de esta comunidad. A pesar de las dificultades, Cristian no se rindió, siguió convocando más manifestaciones, en una de ellas, ante la negativa de los manifestantes de abandonar la vía publica, la policía los intento desalojar, Cristian con rapidez cogió unas esposas y se encadenó a otro compañero de la manifestación, al no poder quitarlos de en medio, los cogieron de los brazos arrastrándoles varios metros por el sucio asfalto. Si se tenía que desplazar desde su casa a la ciudad, cuando regresaba ya era noche cerrada, su trágico final sucedió un día que su regreso rondaba las 12 de la noche. —tu lisiado, dame todo lo que tienes— —no tengo nada, solo la silla— —no te creo, dame el móvil, dinero, tarjetas de crédito, reloj, todo y rápido— Cristian se dio cuenta de que no podía escapar de aquella peligrosa situación. Le fue entregando todo poco a poco, las manos temblorosas del asaltante, dejaban bien claro que estaba pasando el mono. La droga deja ciego y sin sentimientos a quien la consume. La lentitud de la entrega, puso nervioso al asaltante, el cuchillo de cocina que sostenía en la mano izquierda, se introdujo en su pecho atravesando el corazón, fue una muerte instantánea. Aunque Cristian ya no está físicamente entre nosotros, su espíritu vive en cada una de esas personas que las barreras arquitectónicas no le dejan integrarse dentro de una sociedad que desgraciadamente no ve los problemas hasta que se los encuentra en su casa o en una persona cercana. P.D. Si ves cualquier barrera arquitectónica en tu ciudad (aceras sin rampa, aceras estrechas que impide pasar una silla de ruedas, coches que impiden circular por las aceras, motos entorpeciendo la movilidad, edificios sin rampa para acceder, coches en párquing de minusválidos sin serlo etc. etc.) puedes aportar tu pequeño grano de arena, haciendo una foto, y poniéndola en las redes sociales, comenta en ella donde está y porque molesta, si todos lo hacemos al final puede ser que llegue a la persona que puede solucionarlo y la lucha de Cristian no sea en vano.

EL DETECTIVE

 

La noche caía sobre la ciudad de Ozum, era unan ciudad bastante fría, no solo por el clima, también sus habitantes eran bastantes fríos en el trato con los demás. El detective Frank un veterano de la policía y su ayudante Fidel, se encontraban en la fase final de una investigación que llevaban hace años. Varios años, siguiendo pistas de un asesino, siempre dejaba algo en el lugar del crimen, era muy fácil relacionarlo. —¿pero quién era el asesino?— Por muchas pistas que dejaba era imposible relacionarlo con alguien. —¿por qué dejaba pistas siempre?— Eran muchos casos sin resolver y muchas muertes, los habitantes de Ozum, tenían miedo, con toda la razón del mundo. —Fidel, esta noche puede ser la definitiva— —¿quieres que te acompañe?— —no ya sabes que esto me gusta resolverlo yo solo, tú descansa con tu familia— Frank no sabía por qué siempre le decía que descansara con su familia, si Fidel vivía solo con la única compañía de un gato. Podía sentir la adrenalina como le dejaba un gusto amargo en la boca por la intensidad del momento. Más de 10 asesinatos, todos ellos brutales con ensañamiento y sin aparente motivo, ningún nexo para poder unirlos entre sí, lo único las pistas que dejaba el asesino. La investigación de los crímenes llevo a Frank a sumergirse en los más bajos fondos de la sociedad, lugar donde la corrupción y el miedo eran monedas corrientes. Cuando le propusieron resolver el caso, no lo dudo, quería atrapar al asesino y llevarlo delante de la justicia. Cada asesinato era un rompecabezas que no encajaba por ningún lugar, cuando aparecía un posible testigo, el miedo les impedía hablar, nadie contestaba nunca. A pesar de que muchas veces se sentía desmoralizado por no poder avanzar en la resolución de los casos, Frank continuo intentando ligar todos los cabos. Tenía que capturar al asesino en serie que tenía atemorizada la ciudad. Cada día cuando llegaba a su despacho se sentaba en su mesa, le pedía un café bien cargado a su ayudante Fidel, mientras miraba la pizarra de corcho con todos los puntos donde habían sucedido los terribles sucesos. —acabaré con el Fidel, te lo aseguro— El ayudante lo miraba y esbozaba una leve sonrisa, muchos años escuchando la misma frase, y nada concluyente. Cuando todo esto empezó, Frank estaba a punto de cerrar la agencia de detectives de la cual él era el jefe, llego a tener diez investigadores en nómina, finalmente solo quedo él y su ayudante Fidel, el cual lo tenía en nómina todavía por amistad y edad, aún le quedaban unos años para jubilarse y le quería ayudar, cuando resuelva este caso cerraré y me marcharé lejos de esta fría ciudad que me produce depresiones. Frank había descubierto un patrón en todos los crímenes, por eso estaba seguro de que esa noche sería la definitiva. Se dirigió al sur de la ciudad, cerca de un pequeño almacén abandonado en las afueras, pudo ver claramente como una sombra arrastraba un cuerpo hacia el interior del local, al verse descubierto el asesino empezó a disparar para acabar con la vida del detective. Los disparos resonaban en la oscuridad, mientras Frank intentaba sobrevivir para detener al maleante, en su vida había peleado contra mafiosos, traficantes, y sicarios a sueldo, nunca tuvo la sensación de que podía morir, esta vez sí, tragaba saliva con un ligero regusto ha salado, el dramatismo alcanzo su punto más alto, cuando Frank descubrió la identidad del asesino. Era alguien muy cercano a él, algo que nunca hubiera sospechado, las balas seguían resonando, tenía que actuar rápido o acabaría con su vida. Pudo despistar al asesino tras dar una vuelta a unos palets abandonados en un rincón del local, apareció por sorpresa tras el homicida, este no pudo reaccionar, le coloco las esposas dándole la vuelta mientras lo interrogaba. —¿por qué?— pregunto Frank —por miedo— —¿miedo de qué?— —Estabas a punto de cerrar el despacho, solo estábamos tú y yo, si cerrabas sería el fin para mí, por edad y conocimientos, nadie me contrataría, de esa manera si te hacías cargo de la investigación yo continuaría trabajando, mi vida es este trabajo ahora tú lo acabas de destrozar todo. —Fidel, que culpa tenían las personas que matabas—pregunto el investigador —ninguna, pero tenía que hacerlo, era mi futuro— —me has hecho mucho daño, nunca pensé que mi ayudante pudiera cometer estas atrocidades— —¿cómo me descubriste?—pregunto el asesino. —no supe que eras tú, hasta que te detuve, sabía que esta noche actuarias en esta zona porque siempre seguías el mismo patrón, atacabas norte, sur, este y oeste luego vuelta a empezar, siempre atacabas en jueves y la hora casi siempre era la misma, eras muy básico en tu forma de actuar, por eso estábamos todos tan despistados demasiado simples— Varios meses después Frank dejo la ciudad cerro el despacho y nunca más volvió a aparecer por el lugar, lo único que hizo fue cada mes le llevaba tabaco a la cárcel a su excompañero Fidel.

BAR SECRETO EN UN CRUCERO


 Los reflejos del sol rebotaban en las azules aguas del mediterráneo, los brillos que despedía el agua parecían brillantes de muchos quilates, mientras esto sucedía el famoso crucero Universo, surcaba los mares en dirección al siguiente puerto.

El barco fue bautizado con este nombre, por su inmensidad, grandeza y belleza, era un lujo flotante. En ese momento estaba repleto de pasajeros que disfrutaban de las comodidades que solo un barco de esta envergadura podía proporcionar. En esta vida todo tiene un punto negativo, en este caso era un secreto que pocos conocían, en la cubierta 6 detrás de una misteriosa puerta, se encontraba un bar secreto, algo que muy pocos conocían. No aparecía en ningún mapa del barco, en los planos de todas sus plantas tampoco aparecía, por supuesto en las recomendaciones para visitar a bordo tampoco. Los que conseguían entrar, era a través de una misteriosa invitación, una vez le abrían la puerta eran guiados a través de un estrecho pasillo, hasta llegar a una puerta donde gracias a una contraseña de golpes, los ocupantes del bar te franqueaban la puerta y podías entrar. Una vez dentro, la suave música creaba una atmosfera de exclusividad. A medida que pasaban los días una sombra sobrevolaba sobre el Universo, rumores de desapariciones comenzaron a escucharse en los rincones oscuros del bar secreto. Algunos decían que los que entraban al bar secreto nunca volvían a salir. Otros decían que eran simples leyendas para añadir misterio y emoción al viaje. Sin embargo, las desapariciones eran reales y las historias envolvían de misterio la atmosfera del lujoso crucero. Casi todos los desaparecidos viajaban solos, el primer caso que se supo fue el de:Manuel, un hombre de negocios que siempre llevaba un traje impecable. Entro en el bar con una sonrisa nerviosa y nunca nadie lo vio salir. Al día siguiente su camarote estaba vacío, ni la tripulación ni nadie podía explicar su ausencia, la última persona que le vio, fue cuando atravesó la puerta del bar secreto. El segundo caso, fue Elena, una jubilada que viajaba también sola, desapareció después de pasada la tercera noche, su habitación estaba intacta, pero había dejado de existir para el resto de pasajeros, las preguntas empezaron a surgir, pero nadie tenía respuesta. A medida que la historia de los desaparecidos corría de boca en boca, una sombra de terror invadía el crucero. Algunos decidieron no buscar el bar secreto por temor, pero la tentación y la curiosidad era demasiado fuerte para otros. En Palermo subió a bordo del Universo Ana, una mujer atrevida y decidida, subió con la esperanza de encontrar a su prometido Alfonso, planeaban casarse después del crucero, pero él había desaparecido después de visitar el bar secreto, justo el día anterior a ella embarcar. Ana, todo vitalidad y decisión, decidió descubrir el misterio del bar secreto, consiguió después de mucho buscar una invitación para el lugar de las desapariciones. La puerta se abrió y por primera vez pudo ver un lugar con luces tenebrosas y muchos secretos, se sentía observada en cada paso que daba en el interior del local, entre las muchas mesas vacías, tenía la sensación de estar en un espacio tenebroso, observó como todos los que entraban perdían brillo en sus ojos, como si el sitio absorbiera energía de los visitantes. Fue entonces cuando vio un hombre vestido de negro que parecía controlar todos los rincones del local. Siguiéndolo con todo el temor del mundo, se encontró con una puerta oculta tras una cortina, tras ella unas escaleras que descendían a un sitio oscuro total. El corazón latiendo a mil por hora y con el sabor del miedo en la boca, descendió las empinadas escaleras, encontrándose con un pasillo iluminado por unas mugrientas luces rojas, al final del pasillo una puerta de hierro. Ana con determinación la abrió y lo que encontró la dejo sin aliento, una sala circular, todo ella llena de espejos, en el centro una figura encapuchada, estaba realizando un rito con un medallón de uno de los desaparecidos, en ese momento comprendió la realidad, el bar secreto no era un lugar para divertirse, era un espacio para absorber la energía de los visitantes, era una puerta a una dimensión desconocida, las almas de los desaparecidos no estaban entre nosotros estaban atrapados en esa dimensión. Unas manos agarraron por detrás a Ana, la arrastraron hasta un punto oscuro del barco, fue lanzada por la borda, a sabiendas de que ella no sabía nadar. No se sabe de donde saco las fuerzas, pero Ana consiguió llegar a la orilla, justo en el momento que perdió la consciencia. Fue encontrada por unos pescadores locales, cuando escucharon su historia la llevaron a la policía, lugar donde explico todo lo sucedido. La policía se personó en el buque, registraron todo el barco y ni rastro del dichoso bar secreto, desde la primera planta hasta la más alta no se encontró nada, en los registros manuscritos del barco no figuraba ningún desaparecido. La historia del bar secreto del crucero Universo, a día de hoy todavía se escucha entre todos los pasajeros. ¿Verdad, mentira? Lo único cierto es que nadie sabe el significado de la cabina de teléfono roja en la planta 6. ¿Será la entrada a otro mundo?

AMNESIA AMAZÓNICA

El grandioso Amazonas se extendía ante sus ojos, un océano de tonalidades verdes en todas sus variantes. Una vez dentro, solo había una melo...