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VIAJE MISTERIOSO ( 2ª PARTE)
VIAJE MISTERIOSO ( 1ª PARTE)
continuara....................................
HEROE POR AMOR
Todo cambio para él un fatídico día de julio en el año 2000,él conducía su coche un Ford fiesta gris, regalo de su padre por sus 18 cumpleaños, aunque no lo pudo conducir hasta casi un año después que fue cuando se sacó el carnet.Ese día un conductor borracho choco frontalmente contra su coche quedando prácticamente inservible y su vida colgando de un hilo. Después de varias operaciones le confirmaron que quedaría paralítico y no podría caminar nunca más, las demás funciones de su cuerpo estarían exactamente igual que cualquier persona. Tres años después del accidente se casó con su novia de toda la vida, ella era hija de un gran comerciante de la zona y no tenía ningún tipo de limitación económica por su puesto de gerente directora de ventas. La boda fue como en un cuento de hadas, todo perfecto a pesar de la silla de ruedas, en dos años tuvieron dos hijos, ambos varones, el grande se llamaba como el Jordi, y el pequeño Saúl. Eran una pareja completamente normal, él se sacó el título de ingeniero informático y desde casa realizaba su trabajo.
Entre los dos ganaban suficiente dinero para llevar una vida holgada y permitirse cualquier capricho que se le antojara, pero eso también lo sabían mucha más gente.
Un día mientras trabajaba desde casa en los ordenadores de una multinacional realizando tareas de mantenimiento para que ningún hacker pudiera manipular el sistema de seguridad.
La llamada desde el móvil de su mujer le extraño, ya que ella no solía llamar nunca si no era un caso muy importante.
—buenos días el señor Jordi Masnou—pregunto una voz no conocida
—si soy yo y usted porque me llama desde el teléfono de mi esposa—
—eso no importa.
Lo que importa es que la tenemos y si la quiere volver a ver con vida tendrá que pagar 500000 euros antes del fin de semana, sus hijos están en el maletero de su coche en la salida de la autopista —colgando seguidamente
nervioso cogió su móvil y busco en los contactos “cari”.es como la tenía en su teléfono, marco y nadie le contesto, parece que la llamada era verídica, si no ella ya hubiera contestado.
Pensó en llamar a la policía, pero eso sería peligroso para la integridad de su mujer, bajo al parking de la casa con su silla de ruedas, ya que toda la casa estaba adaptada, monto en su coche un coche igualmente adaptado para conducir solo con sus manos y se dirigió a la salida de la autopista, efectivamente allí estaba el coche de su mujer, con un mando a distancia abrió el maletero y los dos niños salieron llenos de lágrimas y totalmente asustados, los llevo a casa de sus padres y con la escusa de una reunión de negocios se los dejo, no sin antes explicarles a los niños que no debían decir nada y pronto estarían los cuatro juntos otra vez, rápidamente se marchó a su hogar accediendo desde el parking a su despacho.
Conecto su ordenador y mediante unos programas que tenía instalados en el móvil de su mujer podía saber donde estaba en ese momento, aparte del GPS integrado en el móvil que podían desconectarlo, igualmente podía saberlo, miro en el ordenador y efectivamente no estaba en la oficina ni ningún sitio normal, estaba a más de 100 kilómetros de la casa en un pequeño pueblo.
No se lo pensó y abrió su armario de armas, las tenía porque era tirador olímpico de minusválidos y en todas las competiciones ganaba oro, aparte él tenía un revolver del 38 para protección.
Volvió a coger su coche y se desplazó hacia el lugar que le marcaba el rastreo del móvil de su mujer, cuando ya estaba a menos de 20 metros se quedó aparcado viendo la entrada de la vivienda donde estaba retenida ella.
Pasadas dos horas de estar allí, sonó otra vez el teléfono, volvían a llamar desde el teléfono de la esposa.
—que ha decidido sobre el dinero?—-preguntaron
—necesito tiempo para reunirlo, no lo tenemos— respondió Jordi
—no diga tonterías todo el mundo sabe que ustedes ganan mucho dinero——
—si, pero hicimos una inversión hace poco, y no disponemos de esa cantidad—
—pídaselo a alguien, personas tan pudientes como ustedes no creo que tengan problemas para reunir esa cantidad——
—por favor suelten a mi mujer y yo les prometo que en menos de quince días tendrán el dinero—rogó él.
—no hay trato tienes 24 horas—y colgó
dos minutos después de colgar un coche salió del garaje de la casa, era una furgoneta de color negro y la parte de atrás cerrada. Él se agachó para no ser visto y al pasar justo a su lado, levanto la cabeza y pudo ver las dos personas que iban en la furgoneta, eran un hombre y una mujer y le horrorizo, pues eran dos de los mejores amigos de ellos, siempre salían de vacaciones juntos y cada 15 días salían de cena o fin de semana.
Puso el vehículo en marcha y los siguió a una distancia prudencial, se acercaron a una casa en medio del campo, apago las luces de su coche para no ser visto, al llegar el hombre abrió la parte de atrás de la furgoneta y gritando decía.
—no llores, no te salvará llorar vas a morir tú y él, nunca confiasteis en nosotros para los ascensos en la empresa, con lo que ganamos no podemos pagar la hipoteca y nos quitara la casa el banco—
ella salía llorando y arrastrada por los pelos, eso le dio la fuerza necesaria definitivamente actuar.
Arranco el coche y fue a gran velocidad hacia el hombre que arrastraba a su mujer, no podía fallar o también correría peligro ella.
Faltaban menos de diez metros puso las luces largas para deslumbrar al malhechor, se puso las manos frente a los ojos para evitar las luces del coche que se dirigían hacia él, y en ese momento la mujer se tiró hacia los matorrales del camino, el choque fue muy fuerte y el delincuente salió disparado, cayo al suelo y ya no se pudo incorporar, el corazón dejo de latir.
Jordi bajo del automóvil con su silla de ruedas, no podía estar muy ágil, pero la pistola le ayudaría, donde estaba la acompañante del secuestrador era su único pensamiento.
—ten cuidado va armada— le grito su mujer desde el lado del camino
—no te muevas tú —contesto Jordi
cuando estaba a pocos metros de la vivienda, no pudo hacer nada, unas manos le empujaban hacia el desfiladero junto a la casa y lo dejaron caer.
La suerte fue que se quedó agarrado a una rama que colgaba, aguanto unos minutos y empezó a subir muy lentamente a pulso, cuando ya estaba arriba pudo ver como la mujer apuntaba a su esposa y le gritaba.
—vas a morir y ahora con más motivos por matar a mi pareja—
mientras decía esto levanto el arma y le apunto.
Jordi siguió arrastrándose poco a poco para no hacer ningún tipo de ruido, su pistola en el empujón cayo al suelo y estaba dos metros detrás de la secuestradora.
La mujer seguía amenazándola con la pistola y profiriendo insultos, no se percataba de que Jordi estaba a menos de un metro de su arma.
Justo en el momento que pudo coger la pistola, la delincuente se giró y empezó a disparar hacia él, por suerte no tenía mucha puntería y él pudo realizar un solo disparo que le entro por el centro de los ojos, cayendo fulminada al instante.
Tardaran mucho tiempo en olvidar lo sucedido y les costara volver a confiar en nadie, pero les quedo claro ese día que las limitaciones a veces están en nosotros mismos.
CUESTION DE PESO
Buenos días:Me llamo Gerardo y decidí escribir esta carta a Hilario, para que hiciera un relato sobre mi caso.
Me pidió que lo hiciera en una carta y él lo pondría, lo mío no es escribir, pero él me lo arreglara seguro empecemos.
Nací en una parte de España, donde la cultura de una dieta rica en todo lo necesario era prácticamente imposible de seguir por la cuestión económica; a duras penas el trabajo de mi padre podía mantener la casa donde vivíamos cinco hermanos, mis padres y mi abuela, mi abuelo ya fallecido.
Desde pequeño no era de practicar mucho deporte, bueno realmente no practicaba nada de deporte, lo que supuso que a los tres años pesaba 22 kilos y media 70 centímetros, todo esto lo sé por lo que me contó mi madre y por la cartilla de vacunación.
Mis primeros recuerdos ya eran con seis o siete años ya pesaba 32 kilos y media un metro y dos centímetros, siempre por delante de los chicos de mi edad en peso y por debajo en altura.
Siempre destacaba por algo que no es bueno para la salud mi peso y mi altura, aunque por mi metabolismo no podía hacer nada para corregirlo
La primera vez que me sentí mal tenía unos ocho años y fue un profesor, el profesor de educación física el que me dejo en ridículo delante de todos.
—A ver Gerardo vas a correr contra un compañero y te dará veinte metros de ventaja a ver si puedes ganar—
me coloco a más de veinte metros delante del compañero, el chico más rápido del colegio corriendo, el resultado os lo podéis imaginar paso junto a mí como una bala, mientras el resto le animaban el profesor se acercó a mí y me dijo en voz alta delante de todos.
—Gerardo tú solo ganarías una carrera si fuera en bajada y rodando, seguro que ganabas por mucho—
—jajajajajajajajaja—se rieron todos los compañeros, mientras yo con la cabeza agachada me secaba unas lágrimas que me caían por la mejilla.
Desde la zona de entreno hasta el colegio todo fueron risas sobre mí, en casa no dije nada bastante tenían con mantenernos, como para que se preocuparan por una tontería del colegio.
Durante un tiempo era el bufón de la clase.
—Gerardo ¿Cuándo salgamos hacemos una carrera rodando? Vale—
cundo decían esto todos reían, todos menos yo.
Acabemos el curso y nos fuimos de vacaciones, vacaciones es un decir.
Mis vacaciones eran en el pueblo y ayudando en casa, si quería un baño era en el río y solo, porque nadie quería venir conmigo, y si me encontraba alguno de mis compañeros se burlaban de mí gritando.
—no te tires de golpe que harás olas y se inundara todo—
acompañado todo de las risas correspondientes—jajajajajajaaj—
Este verano vino una chica nueva al pueblo, la sobrina de una vecina, pelirroja y pecosa, era muy guapa o por lo menos a mí me lo pareció, venía cada día a casa porque su tía no quería dejarla sola, mientras visitaba a las amigas de la calle donde nació.
—Como te llamas—le pregunte todo temeroso
—Andrea—contesto tímidamente
cuando estaba en mi casa se comportaba de una manera y cuando estábamos en la calle con los demás de otra un día me pidió…
—si mañana me traes cinco euros te daré un beso delante de todos—
No pare de pensar toda la tarde y parte de la noche en como conseguir cinco euros, recordé donde mi madre guardaba el dinero para las emergencias y cuando todos dormían.... me levante en silencio y cogí los cinco euros.
Me costó dormirme el corazón me latía fuertemente parecía un caballo desbocado y llego la hora de encontrarnos con los demás.
—Mira Andrea tengo los cinco euros ¿me darás un beso?— pregunté torpemente
—si, pero con una condición cuando estén todos y tú con los ojos tapados, ¿aceptas?—-por supuesto conteste
cuando ya estaban todos ella toma la palabra.
—chicos le prometí a Gerardo que le daría un beso si me traía cinco euros y él ya cumplió, falto yo—
cogieron un pañuelo para taparme los ojos, no sin antes ella coger los euros, yo todo nervioso al fin podría darle un beso, mi primer beso.
Note como se acercaba a mí, el corazón latía más deprisa si podía ser, se acercaron unos labios a los míos, fueron segundos, pero a mí me pareció estar en el paraíso, hasta que me quitaron el pañuelo y pude ver como frente a mí tenían un pequeño perro, que me chupo los morros, mientras todos se marchaban corriendo y riendo.
De esta manera fueron pasando los años, y todos los que se acercaban a mi era para reírse.
Llego un momento que prefería estar solo, no quería compañía, un día fui a la ciudad y vi una manifestación de mujeres contra los piropos, en medio de la manifestación vi gritando como una posesa a Andrea, cuando pude estar cerca de ella la salude con una sonrisa y un hola, ella me miro despectivamente y me dijo aparta gordo, yo me aparte y me aleje de la manifestación.
Cuando estaba fuera de la vista de Andrea me puse a llorar desconsoladamente.
Como una mujer que me humillaba de esa manera podía decir que un piropo era “una invasión de la intimidad de la mujer "y ella podía insultarme de esa manera.
Sinceramente más de una vez me paso por la cabeza quitarme la vida, hasta que apareció Soledad. Bonito nombre para una mujer que me saco de mi soledad, consiguió una sonrisa y me dio su amor, cuando hecho la vista atrás solo siento pena por los que me ofendían, porque los enfermos son ellos yo solo fui una víctima silenciosa de la maldad de la sociedad que me rodeaba, actualmente después de una operación de tiroides he adelgazado 60 kilos y soy una persona “normal”
siempre que me cruzo con una persona obesa, le miro a los ojos y si le veo la tristeza en su mirada me acerco a hablar darle ánimos e intentar sacarle una sonrisa, también necesitan ser felices.
AVARICIA DE ELITE
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