Bueno, amigos continuamos en la cafetería Sala Mozart.Durante mis años en este bar, continúe haciendo pluriempleo siempre que podía, esta vez me enrolé en la plantilla de Can Xena. Anteriormente, dije que Antonio, el dueño de este local, ha sido otro de los mejores jefes que he tenido, el trato humano que tenía con todos los camareros era impresionante, mis colores deportivos en futbol siempre fue el blanco (imaginaros el primer merengue que trabajo en el local de peña Barcelonista) nunca tuve ningún problema y si alguna vez alguien quería guerra, Antonio se encargaba de que nadie me faltara al respeto. Cada día almorzábamos los camareros por turnos, Antonio siempre preguntaba de qué quería el bocata, yo no tenía manías, me gustaba todo. —de que lo quieres hoy?— —tu mismo Antonio me gusta todo— —¿quieres un poco de este jamón podrido?— —si hombre a nadie le amarga un dulce— cada semana dos o tres veces el bocadillo era de jamón ibérico.
visitas
HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA paerte--XIV
Bueno, amigos continuamos en la cafetería Sala Mozart.Durante mis años en este bar, continúe haciendo pluriempleo siempre que podía, esta vez me enrolé en la plantilla de Can Xena. Anteriormente, dije que Antonio, el dueño de este local, ha sido otro de los mejores jefes que he tenido, el trato humano que tenía con todos los camareros era impresionante, mis colores deportivos en futbol siempre fue el blanco (imaginaros el primer merengue que trabajo en el local de peña Barcelonista) nunca tuve ningún problema y si alguna vez alguien quería guerra, Antonio se encargaba de que nadie me faltara al respeto. Cada día almorzábamos los camareros por turnos, Antonio siempre preguntaba de qué quería el bocata, yo no tenía manías, me gustaba todo. —de que lo quieres hoy?— —tu mismo Antonio me gusta todo— —¿quieres un poco de este jamón podrido?— —si hombre a nadie le amarga un dulce— cada semana dos o tres veces el bocadillo era de jamón ibérico.
HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA parte --XIII--
Aquí estamos una semana más para continuar con las historias y vivencias de un camarero en Calella. Continuamos en Sala Mozart. Hoy toca, sucesos......Sí, contaré sucesos que pase en la cafetería, alguno divertido, otros no tanto. Una noche, aproximadamente las once, llega al bar un cliente, (llamémosle Jesús) Jesús se acerca a la barra y pide una cerveza. Yo viendo que estaba cargado, me negué. —buenas noches, una cerveza— —no hay cerveza, vamos a cerrar— —Hilario, ponme una cerveza que me la bebo de un trago y me voy— —no Jesús, no te pongo nada porque ya vas cargado— —ponme una cerveza, me cago en dios— —no Jesús, ya te he dicho que no— después de un pequeño lapsus de tiempo, se acerca al final de la barra, agarrándose a una estantería grande de chiclés que teníamos. —me pones una cerveza o te tiro todo esto por los suelos— yo me dirijo por el interior de la barra hasta estar junto a él, poniendo mis manos en jarras. —tíralo si tienes huevos— él se queda pensativo ante mi amenazante presencia. —¿cuánto valen todos los chicles?—pregunta —tres mil pesetas —le contesto seriamente mete la mano en su bolsillo y comprueba que solo tenía 600 pesetas. —hoy no tengo, pero el día que tenga tres mil pesetas vengo y te lo tiro todo por el suelo— acabada esta frase se dio la vuelta y salió del local tranquilamente, regreso muchas veces más, pero no se acordaba de lo sucedido. Otras de las anécdotas con Jesús, fue otro día que otra vez pasado de alcohol quería beber, como siempre que sucede esto, yo le negué la consumición, levanto un poco la voz, le dije que se callara y se marchara. —no me callo y no me voy de aquí a ninguna parte— —venga Jesús, no la líes por favor— —qué no me muevo— Mira si no te vas llamaré a la policía— —llama a quien quieras que no me voy— llame a la policía que en pocos minutos se personó en el local. Cuando los vio entrar, él salió por la otra puerta, le explico a la policía mientras Jesús mirando junto al coche patrulla, salieron para hablar con él y él entró por la otra puerta, parecía una película de Benny Hills, durante unos cinco minutos dando vueltas detrás de él, hasta que a uno de los policías se le ocurrió quedarse dentro de la cafetería mientras el otro lo perseguía, cuando entro al final lo pudieron parar, una pequeña regañina y para casa, hasta los policías se reían del espectáculo que habían dado. Continuemos. Otra noche (casi siempre suceden estas cosas por la noche)una persona conocida en Calella, por desgracia ya fallecida, estaba en su casa viendo tranquilamente un partido del Barça, cuando sus padres le enviaron a buscar a su hermana que estaba en la cafetería tomando un café con un amigo, a él no le apetecía ir y dejar de ver el partido, ante la insistencia de sus padres accedió a ir con el consiguiente cabreo, estaba tan enfadado que cuando llego le grito a su hermana que se tenía que marchar para casa ya.
HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA parte --XII--
Continuamos con mi paso por Sala Mozart, mientras trabajaba aquí también hacia pluriempleo, uno de los locales donde trabaje fue en Music Dor, este local estaba justo debajo de la cafetería Bon Lloc, en la calle Juvara, era un local especial para parejas en verano los extranjeros apreciaban mucho la belleza del local y la buena música que sonaba, muchas veces en directo Pep Xena, en la época estival también se organizaban algunas fiestas, los camareros durante un tiempo fuimos mi amigo Rafa y yo después se unió su hermano Jose, a pesar de que trabajábamos mucho, nos divertiamos, el encargado del local era Enric una gran persona y un gran fantasioso, su pareja en aquellos tiempos creo que era danesa u holandesa no recuerdo (la edad no perdona) era muy celosa una noche se fue la luz al principio pensábamos que sería un pequeño momento, luego se fue alargando, Enric nos avisó.
—voy a dar una vuelta a ver si toda Calella está igual— —vale, no te preocupes si viene la luz, seguimos la sesión— serian las once cuando se marchó llego pasadas las tres de la mañana. —hostias, ya sé qué ha pasado con la luz— —que ha pasado preguntamos— —una lancha de contrabandistas intentaban descargar muchos paquetes en el faro, llego una lancha patrullera de la guardia civil, los contrabandistas dispararon al foco de la policía, quedando todo a oscuras, la policía tendió un cable y lo engancho a la red eléctrica de Calella, provocando un gran cortocircuito que reventó varios transformadores por eso estamos sin luz— os juro que le contó eso a su pareja sin reírse, completamente serio, ella se lo creyó a medias, hasta que llego a casa y al acostarse cogió los pantalones de él para ponerlos en la lavadora, registro los bolsillos y encontró un recibo de un hotel de aquella noche para dos personas. El espectáculo fue al día siguiente durante el servicio, ella tenía el cuchillo de cortar el limón en la mano y cuando se acercaba se lo enseñaba y le decía. —como entres en la barra te corto los…— fue una noche divertida viendo como Enric no se podía ni acercar a la barra, uno de los camareros hablo con ella. —no te das cuenta de que el cómo sabe que eres celosa lo ha hecho para provocarte— —no, seguro que se fue con una lagarta— —que no, ese recibo lo encontré yo en un cenicero y él me lo pidió, de verdad— ella salió de la barra dirigiéndose a Enric, no llevaba el cuchillo en la mano por suerte, cuanto estaba a menos de dos metros salió corriendo hacia él, le dio un abrazo de oso y un montón de besos. —porque me haces eso, si sabes que soy celosa— él no sabía a qué venía tal demostración de afecto. —es que no me escuchas nunca— cuando le expliquemos lo que le contemos dijo que nos subiría el sueldo ese mes. Muchas veces cuando el trabajo estaba flojo se marchaba a hacer una ronda por las discotecas a ver si era en todas partes o solo nosotros, los demás dueños de locales también lo hacían en mitad de la sesión, venían con la escusa de tomar algo a ver como teníamos el ambiente. Hablaré un poco de los clientes emblemáticos de la Sala Mozart. El primero, Agustín Dausa, un “catra”la gente de Calella ya saben lo que significa esta palabra, también un bohemio soñador y una persona muy inteligente, era habitual verlo en la cafetería en una de sus mesas con unos cuantos palillos y un tintero de tinta china, realizando dibujos, si, solo una hoja de papel un tintero y palillos era suficiente para realizar obras de arte. Hablaba, creo que eran siete idiomas, estaba aprendiendo chino y japonés, se pasaba horas pintando letras de sus alfabetos, tocaba la guitarra, fue maestro de catalán, estos trabajos solo los ejecutaba cuando necesitaba algo de dinero, a la que tenía dinero volvía a la vida bohemia. Solía beber vino tinto caliente, a continuación contaré una de las anécdotas más divertidas. Una noche pasadas las 8 entra Agustín con una guitarra y una gran caja de un congelador o nevera, me pide un cuchillo, hace un recorte como una ventana por delante y un pequeño agujero en el lateral donde coloca una bolsa, acto seguido se introduce el y la guitarra en la caja, enganchando una hoja con muchos títulos de canciones, si querías escuchar un tema, solo tenías que poner unas monedas por el agujero, depende de las monedas la canción duraba más o menos, él tocaba la melodía en su guitarra, la noche se fue alargando y todos los presentes pasaban por la caja para pedir un tema, después de un par de horas o más, salió Agustín de la caja, dejo la guitarra junto a una silla, se dirigió a mí y me dijo. —toma este dinero, invita a todos los que están aquí, cuando se acabe el dinero, se acaba la fiesta— el dinero llego para casi todos tomar algo (es el valor que él le daba al dinero). Unos cuanto años después, Agustín falleció como él quiso, mirando al mar una mañana de verano mientras amanecía sentado en la arena.HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA parte --XI--
Continuamos en la Sala Mozart, muchos de ustedes recordarán una publicación que se repartía por toda Calella, se llamaba “Fulla al vent" revista gratuita, mirándolo fríamente estaba muy mal estructurada, vamos que no sabias como estaba organizada, pero una cosa si es cierta, si buscábamos algo siempre recurríamos a ella, allá lo encontrabas todo, empleo, recetas de cocina, carteleras de cine locales, relatos, horóscopo, como os dije todo y por supuesto muchísimos anuncios, de los negocios de Calella, siempre la repartía los sábados el Sr. Casabo, este señor era diseñador, maquetador, encargado de anuncios, impresor, todo lo realizaba él solo, alguna vez hable con él y siempre me decía, el día que muera yo, morirá también “Fulla al vent” como efectivamente sucedió, alguna vez intentaron comprársela, él se negó a venderla, no quería qué callera en manos de especuladores que solo quisieran ganar dinero.Un cliente de la cafetería (muy bien situado económicamente, dueño de muchos locales)venía siempre el sábado por la mañana a tomar un cortado, cogía el mundo deportivo y se sentaba en una mesa un poco alejada de la barra, también cogía una “Fulla al vent”, desde la mesa me controlaba y no leía el periódico, disimuladamente doblaba la revista de Casabo y muy sigilosamente se la guardaba en un bolsillo de la chaqueta, siempre sin perderme de vista para que yo no lo descubriera (supongo que él no sabía que la revista era gratuita y podía cogerla quien quisiera)cuando la hacía desaparecer, pagaba el cortado y se marchaba orgulloso que una semana más el camarero no lo descubriera. Esta cafetería estaba catalogada por mucha gente como un bar de “viejos”, nada más lejos de la realidad, cada hora tenía su clientela, nunca olvidaré los fines de semana por la noche.
HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA parte --X--
Hoy empezaré hablando del compañero que estuvo más años conmigo, el amigo Cristóbal, sevillano, muy amable con todos los clientes, siempre contaba que el trabajo en los principios de estar en Cataluña con Florencio, uno de los más grandes hoteleros de Calella con bastantes hoteles a su cargo, juntos trabajaron de encofradores en la obra.
Cristóbal acabó sus años laborales trabajando de camarero y Florencio amasando fortuna con los hoteles.
El amigo Cristóbal desgraciadamente hace poco tiempo nos dejó D.E.P.
Por la Sala Mozart he visto pasar muchos famosos, uno de los primeros que conocí fue Alfredo Landa, os aseguro que es igual de simpático en las películas como en la vida real.
Llego un día se sentó en un taburete de la barra y se dirigió a mí.
—buenas tardes, está el Sr. Arcadio— pregunto
—no creo que tarde mucho, enseguida le aviso—
—no, no hace falta, esperaré, póngame un whisky con hielo—
pasados quince minutos aparece el jefe y empiezan a charlar los dos muy amigablemente, media hora larga después Alfredo Landa sé escusa y dice que se tiene que marchar.
—chico cóbrame –
el jefe automáticamente me indica que no, que está invitado.
—está invitado por la casa—
—no le hagas caso a tu jefe y cóbrame—
—no puedo, el que manda, manda—
—por última vez te digo que me cobres, si me cobras en la próxima película que haga te llamaré para un papel—
eso fue demasiado, por si acaso le cobre, a día de hoy todavía estoy esperando su llamada, supongo que no le di mi teléfono y por eso no me ha llamado.
Otro gran personaje que pude conocer fue a Carles Reixach (charli para los amigos) recuerdo que fue un domingo, el siguiente miércoles tenía que jugar el Barça contra el Real Madrid, partido de vuelta de la Champions y él era el entrenador, cenaron en algún lugar de Calella y vinieron a tomar café a la Sala Mozart.
—señor Reixach, le importaría hacerse una foto conmigo, por favor—
—i tan nano, cla que si –
una voz del fondo del local grita.
Charli que es merengue.
Reixach me mira y me pregunta.
—es verdad eso—
—sí, soy del Madrid—
—no importa, tiene que haber de todo en el mundo, y con el café que me ha preparado no se lo puedo negar—
estuvimos charlando un rato de futbol, le pregunte.
—el miércoles como lo ves—
—del miércoles no te digo nada que te chivas—
soltando después una sonora carcajada cuando se marchó paso a saludarme otra vez por la barra.
También he tenido la suerte de conocer a un monstruo de la radio Justo Molinero. Realizaban una sesión de teatro en el cine, durante los ensayos salían a tomar café, y refrescos (alguno bautizado para los nervios decían)
yo alguna vez he escuchado su emisora, a mí particularmente no me gusta, pero hay que reconocer que una voz que arrastra a tanta gente, tiene algo.
Mirar las caras de las personas que acudían al teatro (la mayoría mujeres) cuando lo veían sentado tomando un refresco antes de empezar era, como si vieran a un dios, gracias Justo decían algunas al pasar junto a él,
lo mejor para mí es que él a la mayoría las llamaba por su nombre.
—un beso, Maria—
—un abrazo, Josefa—
—Montserrat, encantado de volverte a ver—
las conocía a todas, cuando hablaba con sus técnicos, se le notaba la seguridad de lo que decía, siempre muy educadamente con todos,sería muy interesante conocer toda la historia de un taxista que acabo siendo dueño de una radio con una audiencia de miles de personas dispuestas a comprar cualquier producto que ellos anuncien.
Por último, por hoy, hablaré del honorable Jordi Pujol, solo hablaré del cómo persona, lo político lo dejo al margen, cada uno que piense lo que quiera sobre él.
La última vez que vino, le serví un café, el cual tuvo el gesto de querer pagar, cosa que no hice (orden del jefe por supuesto)
paso igual que con Justo Molinero hablaba de la casa y de Calella como si estuviera viviendo aquí, describió la sala del primer piso exactamente como era, hacía muchos años que no venía por aquí y se acordaba de todos sus detalles, los pianos la figura de un santo que adorna la sala, se acordaba de todo, antes de abandonar el café para entrar en la sala de cine se despidió de mí con un
—Bona nit jove—
otro personaje que me impresiono es Paco Algora, yo era un seguidor de la serie Curro Jiménez, ver entrar al fraile de la serie me pareció una gozada, era uno de los que más me gustaban en la serie, lástima que lo eliminaron pronto, recuerdo que se tomó un café y una copa de Calisay, fue uno de los primeros famosos que serví, no me atreví a pedirle una foto, si volviera seguro que me haría la foto con él, la vergüenza mía, ya se extinguió. Creo que por esta semana ya está bien, la semana que viene más y espero que os estéis divirtiendo con mis historias.
HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA parte -IX-
Una vez ya en la Sala Mozart, tenía que renunciar a los fines de semana en la Quadra, se lo comente a Jose.
—Jose, ya no podrás contar conmigo los fines de semana, los horarios son incompatibles—
de esta manera acabo definitivamente mi relación con la Quadra, aunque me pidió un favor más.
—Hilario, no conoces a nadie que pueda venir a trabajar—-
—mira, pues sí, tengo un amigo que le puede interesar—
el jueves de la semana siguiente, fui a la Quadra para presentarle a Jose a mi amigo Javier.
Jose le explico todo y quedaron de acuerdo que el sábado a las 8 empezaba.
El sábado, después de cerrar la Sala Mozart, me quise acercar a tomar algo a la Quadra, salude a todo el mundo, ya que todos me conocían, me acerque a Javier que estaba fregando los vasos.
—hola Javi como lo llevas—
—bien muy bien, me puedes hacer un favor—me pregunto
—dime Javi que quieres—
—cuando entre a currar, deje la bicicleta junto al hostal Vell Park, no me acordé de atarla, puedes ir fregando tú unos minutos y voy a cerrarla—
yo sabía que Jose no diría nada, por eso acepte.
—si ves que yo te cubro la pica—
y como dice la canción de Juaquin Sabina, y me dieron las 10 y las 11, las 12, la 1 y las 2, si, si hasta las cuatro fregando los vasos no volvió, se dejó allí un reloj, que luego se lo lleve a su casa para preguntarle por qué hizo eso.
—es que Jose me chillaba—
—no me lo creo—
—si, si, desde la otra parte de la barra me decía, Javi necesito jarras de sangría—
la cara que le puse fue antológica, que quería que se acercaran a él y le pidiera por favor jarras, en medio de toda la faena.
Como dije antes ya estaba asentado en la Sala Mozart y ahora empiezo con las vivencias.
Durante un tiempo un vagabundo solía aparecer los días de frío, después ya cada día, a pesar de ser vagabundo siempre venía limpio y aseado, se sentaba en una mesa apartada y no tomaba nada, no tenía dinero, por caridad humana nunca le exigimos que tomara nada, los clientes cuando lo veían le invitaban a café o bocadillo que él aceptaba gustosa y educadamente, pero todo empezó a cambiar venía sucio dejado y ya el día que más impacto, vino con toda la ropa llena de sangre y la cabeza, era sangre seca, le dije si quería que llamara una ambulancia a lo cual él se negó, ya no aceptaba las invitaciones de los clientes alguna vez incluso escupía en el suelo, ya me vi en la obligación de llamarle la atención.
—usted no puede estar aquí con este aspecto—
—por qué no?—
—si usted no consume en este local, tendrá que abandonar el local—
—no pienso marcharme, me quedaré aquí—
ya no solo ocupaba una mesa, se cambiaba continuamente de mesa, el olor que dejaba producía náuseas.
—pues tendré que llamar a la policía—
—llama a quien quieras, no me voy—
efectivamente llame a la policía que se personó en pocos minutos (ahora es diferente) —que sucede, me pregunta uno de los policías—
—le explico la situación—
—ese hombre aparte de mal olor,¿ falta el respeto a las demás personas?—pregunto el policía
—no, se cambia continuamente de mesa y no quiere consumir nada—
—entonces no lo podemos sacar de aquí—
—y el derecho de admisión qué?—
—si cumple las normas del local de ir vestido de acorde al tiemopo que hace y no produce ningún altercado, tiene todo el derecho de continuar aquí—
—no quiere consumir nada, no es motivo—
—no—
—entonces si vienen 20 personas y ocupan 20 mesas sin consumir nada yo que hago—
—aguantarse hasta que se quieran marchar—
cuando la policía se marchó el vagabundo se dirigió a mí.
—chico, todavía tienes que aprender mucho de leyes—
pasados unos días dejo de venir, por la calle tampoco se le veía.
Unos años después volvió con un traje, corbata y elegante como un dandi, se sentó en una mesa apartada igual que solía hacer.
—buen día que le pongo—
—te acuerdas de mí—me pregunto
—si me acuerdo por supuesto—
—mira la vida, tiene muchos altibajos, un día arriba, otro día abajo, a mí me gusta volver a los sitios que me trataron bien.
No, no quiero tomar nada, estaré aquí sentado, mirando y todos los que entren mientras este yo, están invitados—
ante mi mirada de incredulidad, del bolsillo saco unos cuantos billetes, me los entrego diciéndome.
—ves cobrando de aquí las consumiciones y si se acaba avísame que tengo más, pero no digas a nadie que soy yo el que invito—
pasadas tres horas, se marchó después de dejarme una buena propina, a nadie le dije quien pagaba, aunque todos querían saberlo, nunca más lo he vuelto a ver.
Cierto día una persona se paraba cada dos o tres casas y rezaba a gritos, pasada media hora entra en la cafetería, al compañero que tenía en la barra le pide una cerveza, empezando una plegaria mientras se la bebía.
—Mi padre, me ha dicho que el fin está cerca, que tengáis mucho cuidado, mi madre no está, pero mi padre os ayudara—
de un trago se bebió toda la cerveza girando sobre sí mismo y dirigiéndose a la calle. —oiga caballero, tiene que pagar la cerveza—le exigió el compañero
—la pagara mi padre—
—quien es su padre—
—mi padre es Dios—
acto seguido salió corriendo, sin dejar tiempo para cogerlo, como curiosidad,
que creéis que es la cosa más extraña que se dejaron alguna vez en la cafetería. Cosas raras muchas, pero la vez que se dejaron dos máquinas de escribir, olivetti, pero no juntas, una en una mesa y otra en la otra parte del bar, dejarse una es raro, pero dejarse dos, dos personas diferentes, raya lo antinatural, la semana que viene más historias en Sala Mozart
HISTORIAS Y VIVENCIASA DE UN CAMARERO EN CALELLA parte VIII
HISTORIAS Y VIVENCIAS DE UN CAMARERO EN CALELLA parte VII
Una de las cosas que tengo ente mis recuerdos, la cantidad de personas de diferente nacionalidad que conocí, muchas cartas y más felicitaciones de navidad, normalmente los extranjeros que nos visitaban eran muy dados a recordar a las personas que les atendían todos los días.
En la Quadra hice muchos conocidos, pero como dije anteriormente en otro capítulo, pocos amigos, la noche es una mentira constante.
Otro recuerdo que tengo del local, es lo buenas que estaban las butifarras. No, no me he equivocado, he dicha butifarra, durante un tiempo en la llar de foc, junto con el fuego, se podía uno tostar el pan y con una parrilla que teníamos, los clientes se podían hacer las tostadas con butifarra, creo que actualmente no hacen ni tostadas ni butifarra, supongo que fue una prueba piloto.
En la Quadra teníamos una mascota, un gato, le llamábamos Florencio en homenaje a un presentador que actuaba en La Guitarra, era muy frecuente ver al gato entre los clientes, mientras estos bailaban, más de una vez intentaron robarlo, pero el gato se ponía muy furioso cuando intentaban salir del local, recuerdo a un cliente francés que casi acaba con la bodega, cogió tal borrachera que tuvimos que llevarlo hasta el hotel, suerte que a la entrada mientras charlábamos con él, nos dijo que estaba en el hotel Neptuno, llevarlo entre dos era muy difícil, estaba casi en coma, no reaccionaba a nada, solución cogimos un carretón de transportar paquetes de una fábrica cercana. La estampa era muy cómica, la cantidad de kilos que pesaba y lo grande que era hacía difícil su traslado, dos empujábamos el carrito al mismo tiempo que le aguantábamos cada uno una mano, otros dos aguantaban cada uno un pie, al llegar a la puerta del hotel el sereno no se quería hacer responsable de él, ante nuestra amenaza que si no lo recogía se lo dejábamos en la puerta, accedió a que lo depositáramos en un sofá apartado de la recepción, hasta que se despertara,
dos días después volvió a la Quadra y nada más entrar por la puerta empezó a reírse a carcajadas cuando le dijimos como lo transportemos, los días que siguió con sus vacaciones no volvió a beber alcohol solo agua.
Cuando la sala estaba muy masificada, a veces se montaban pequeños altercados que fácilmente se podían controlar, a mí ya no me temblaban las piernas cuando tenía que actuar en alguno de ellos.
En la Quadra, es difícil salir sin pagar, básicamente porque se cobra al contado, cuando el cliente viene a buscar su consumición, pero queda para el recuerdo la obra de arte que cometió un individuo.
8,30 de la noche estamos empezando a montar todo lo necesario para la sesión, entra una persona con un mono de trabajo.
—buenas noches—
no era normal ver a gente vestida de trabajo en este local.
—buenas noches, que desea—
—¿está el jefe?— me dirijo al almacén donde Jose y Pedro están contando el stock. —Jose, una persona pregunta por el jefe—
Jose sale del almacén y se pone a charlar con él.
—Dígame que desea—
—Estamos trabajando en el agua (esos días se estaba canalizando el agua del Tordera hasta Calella, día, noche y fin de semana incluido) nos entraron a robar en la barraca donde guardamos nuestra ropa y las herramientas y nos robaron todo, las fiambreras con la cena incluida, no nos dejaron nada, si usted fuera tan amable y nos proporcionará seis bocadillos y algo para beber, mañana nosotros se lo pasaríamos a pagar—
unos segundos de duda y Pedro se puso manos a la obra a preparar los bocadillos. —veo que la decoración del local tiene mucho que ver con los establos—comento —si, todo lo que tenemos es artesano, lo compramos en masías que ya no lo usaban—
—nos está haciendo usted un favor tan grande, mis padres tienen una masía a la venta y está llena de cosas como las que tienen de adorno, si quieren quedamos mañana y me acompañan y pueden coger todo lo que les apetezca—
—bueno tendríamos que hablar del precio—tercio Jose
—nada, no quiero nada, yo se las regalo por el gran favor—
después de una charla de media hora, el trabajador salió por la puerta sin parar de agradecer el favor, quedando para el día siguiente con los jefes para ir a la masía a recoger lo que quisieran.
A la hora convenida, los jefes esperaban a la persona en el lugar indicado, pasada media hora y viendo que no aparecía se dirigieron a la obra de las aguas, preguntaron por el encargado, explicándole que buscaban a la persona que ayer fue al local pidiendo ayuda por el robo.
Aquí nadie nos ha robado nada, el turno de noche trabajo normalmente.
—creo que les tomaron el pelo—
Pedro y Jose se dirigieron la Quadra, sorprendidos por la habilidad del elemento para embaucarlos y liarlos, creo que nunca más volvió a pasar cosa semejante.
Los platos que normalmente se usaban los compraban en la Bisbal, de vez en cuando hacíamos una excursión Jose y algún camarero para ir a buscarlos con la consiguiente comilona que nos pegábamos.
Otra anécdota, una noche se para la música, se despide a través de los altavoces al público deseándoles buenas noches, todos los clientes poco a poco se fueron marchando, solo quedaban don hombres en la barra charlando, después de levantar todos los taburetes y cargar cámaras Jordi (hermano de Jose) se dirige a ellos muy educadamente.
—Señores, sintiéndolo mucho, tenemos que despedirles hasta mañana—
se incorporan de sus taburetes, uno alarga la mano con intención, parecía de despedirse de Jordi, él alarga la mano para educadamente despedirse.
El cliente le agarra fuerte de la mano y con la que tenía libre le da un fuerte golpe de puño en la cara de Jordi(las gafas saltaron por los aires)acto seguido se dirigen a la puerta gritando.
—un poco de respeto para los clientes que están charlando amigablemente—
a día de hoy todavía no entiendo la reacción de aquel individuo la semana que viene último capítulo de la Quadra y volver a empezar en otro lugar.
podria contar muchas mas historias,pero se haria muy largo,,
TELEFONO MALDITO
En un pequeño barrio de la ciudad, había una tienda vieja y mugrienta que vendía las antigüedades más inverosímiles que uno pudiera imagina...
-
Miguel entró en quirófano por una pequeña intervención de varices en su pierna derecha, todas las analíticas y electro fueron positivas, ...
-
Hoy contaré una parte de la historia de Ana, una persona que le robaron su niñez, una persona que tranquilamente podría ser mala persona por...
-
cuando despertó Ana estaba en los brazos de su hermano, que solo lloraba y no paraba de decir " me la ha matado mi madre ha matado a ...