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LA JUSTICIA DE DIOS


 Juan era una persona rica, increíblemente rica, heredo de una persona lejana, muchísimo dinero, tanto heredo, que pudo dejar de trabajar muy joven, no tendría más de 35 años, trabajaba en una fábrica junto a su hermano Pedro, el mismo día que vio el dinero ya a su nombre, hablo con su jefe y le pidio que lo despidiera para poder cobrar el paro.

—porque quiere dejar de trabajar con nosotros—pregunto el jefe —sufro alucinaciones, tendré que coger la baja—le mintió El jefe, ante la perspectiva que veía, decidió acceder y lo despidió, dándole el finiquito correspondiente. Su hermano Pedro le pregunto. —pero por qué dejas el trabajo—- —no tengo fuerzas para continuar—volvió a mentir a su propio hermano Llego a su casa y se puso a mirar los extractos del banco, tenía mucho dinero, debía tener cuidado que no se enterara nadie, porque le pedirían préstamos y no se lo devolverían. Era como el tío gilito, diariamente miraba los números de su cuenta. Fueron pasando los años, su fortuna fue creciendo, aunque no lo disfrutaba para que nadie se enterara de que era rico, su hermano Pedro, en cambio, estaba físicamente muy mal, todo el cuerpo dolorido de los esfuerzos en el trabajo, Juan no se llegó a casar la novia que tenía, la dejo cuando le llego el dinero, su hermano, en cambio, fundo una familia y tuvo dos hijos. Los hijos de Pedro, fueron creciendo, nunca tuvieron un regalo de su tío, siempre decía que no les podía regalar nada porque al no cobrar nada prácticamente vivía de la caridad. Un día Pedro reunió a su esposa y sus hijos. —como sabéis el tío Pedro, está pasando por estrecheces económicas, estoy pensando que el terreno que tenemos lo vamos a vender y lo que nos den dárselo a él, que pueda tirar un poco mejor que os parece—- —no estamos sobrados, pero está bien, hay que ayudar a tu hermano—contesto la esposa El fin de semana que Juan fue a comer a casa de Pedro. Como hacía muchas veces desde que dejo de trabajar fue el momento. —Juan, sabemos que económicamente estás mal, la familia ha decidido vender un terreno que teníamos y ese dinero será para ti, que puedas respirar un poco—- Acabada la frase, Pedro le entrego un sobre con unos cuantos miles de euros a su hermano. —gracias Pedro, lo necesito, os estoy muy agradecidos por el gesto— Cogió el sobre y se lo guardo en el bolsillo del pantalón, sentándose a la mesa para degustar la comida del día. A pesar del dinero que le dio su hermano, Juan continuo con su rol, de no gastar para que nadie supiera lo que tenía. Un jueves en la lotería primitiva se percató de que tenía los 6 aciertos, más de dos millones de euros, se encerró en su casa y no se lo explico a nadie, el tiempo fue pasando y acumulando más riqueza gastando lo mínimo. Pasaron varios años del gesto de Pedro con su hermano, tuvo que ir al médico por sus dolores, el diagnóstico fue cruel. —tienes una enfermedad degenerativa, avanzará muy rápidamente, disfruta lo que puedas con los tuyos que no te queda mucho— El doctor fue cruel, pero era la realidad. —no hay ninguna posibilidad de salir de esto doctor—— pregunto el hijo —solo una, el doctor henry de estados unidos es el único que puede hacer esa intervención quirúrgica que le daría unos años más de vida—- —-como podemos hablar con ese doctor—- —ya hablé yo con el y la operación junto a la estancia en estados unidos asciende a cuatro cientos mil euros—- —intentaremos conseguirlos—-sentencio el hijo El hijo de Pedro hablo con los bancos y ninguno le dio esperanzas de conseguir el dinero, estaba desesperado, el día anterior de volver a ver el doctor, hablo con su tío y le explico todo. —es una pena si le pasa algo a mi hermano, tan buena persona como es—- —sí, tío, no podemos vender la casa porque está hipotecada, NO QUIERO QUE MUERA MI PADRE—-grito el hijo roto de dolor. —no te preocupes. Dios le ayudará—- Salió por la puerta con ojos llorosos, esto le superaba. —Este seguro que sabe que tengo dinero, y quieren sacármelo—pensó Juan La visita al doctor fue rápida, no tenían esperanzas, pocos casos como el suyo y ninguno sé salvo. La semana siguiente nueva visita con el médico, nuevas analíticas y más pruebas, tres horas después el médico convoco a la familia en su despacho. —es un milagro, la enfermedad va remitiendo, si continúa de esta manera en un mes estará bien totalmente— La familia se reunió en la casa y llamaron al hermano de Pedro para darle la buena noticia. Por el camino Pedro lo tenía claro. —no piensen que les daré ni un euro, seguro que hoy me piden dinero— mientras caminaba para casa de su hermano y con los pensamientos puestos en lo que le pedirían, no se dio cuenta de que el semáforo estaba rojo para los peatones, el conductor del autobús no pudo frenar, la muerte fue instantánea, en el funeral los llantos de la familia fueron muchos, despidieron a Pedro con la tristeza lógica del momento, la sorpresa llego varios meses después cuando llamaron a la familia desde el notario. —su hermano no tenía testamento, usted es el único heredero, tendría que pasar para formalizar la aceptación de la herencia— El día señalado la familia acudió junto a Pedro para firmar. —supongo que el poco dinero que tendría será suficiente para pagar los gastos del funeral—- La sorpresa fue cuando el notario dio lectura de todos los documentos legales, a día de hoy nadie de la familia puede entender la actitud de Juan.

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