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112 . EMERGENCIAS DIGAME


 Juan, cuando pudo se sacó el carnet de conducir, el B como la mayoría de jóvenes, con el tiempo le empezó a llamar la atención las ambulancias, se informó de lo necesario, el carnet ya lo tenía, después realizó un curso de formación en servicios de emergencia médica, consiguió certificación en RCP (reanimación cardio pulmonar y primeros auxilios) al principio su pericia al volante no era mucha, con el tiempo se fue acostumbrando y lo que más fácilmente supero fue el trabajar con presión en situaciones de emergencia.

Casi cuarenta años conduciendo la ambulancia le da para contar historias y alegres y tristes, justo en este momento las va recordando. De las historias más tristes está la de Antonio, un compañero. —emergencia en la AP7 a su paso por Salou, choque frontal de dos vehículos, varios heridos graves y como mínimo dos muertos— Antonio aceleró su ambulancia, mientras comentaba con su compañero. —Sábado de madrugada, choque frontal, seguro que serán jóvenes— Al llegar al lugar del accidente, bajaron aceleradamente de ambulancia para ayudar a los heridos, la cara del que le toco ayudar a él le sonaba, cuando le pregunto se le aclararon las ideas. —creo que te conozco— —si soy Andrés, amigo de su hija— —estaba con vosotros ella—pregunto Antonio El chico no le contesto, con su mirada señalo un cuerpo que estaba tapado por una manta térmica. Antonio se acercó, destapo ligeramente la cara del fallecido y.............. efectivamente era su hija. Desde entonces su amigo lucha por encontrar consuelo y sentido en la vida, entro en depresión y nunca más se incorporó al trabajo. También tiene un recuerdo para Maria, una conductora de ambulancias, que muchas veces iba con la misma que Juan. Esta mujer parecía de acero, a pesar de encontrarse en situaciones desgarradoras casi todos los días, parecía que nada le afectaba, aunque la procesión iba por dentro, con el tiempo acabo con problemas mentales que la dejaron emocionalmente agotada y luchando por recuperarse, finalmente abandono el servicio y se dedicó a la limpieza de casas. No puede olvidar tampoco a Ramón. Un conductor experimentado, siempre llegaba a tiempo, a pesar de llevar unos cuantos años, ningún herido había fallecido en su ambulancia, el día que un joven de 14 años con un golpe en la cabeza al caer de la bicicleta falleció, se sintió culpable, al no poder circular más deprisa por problemas de tráfico. Fue su final. No pudo superar esa tragedia y su memoria le perseguía constantemente cuestionándose el mismo, si estaba capacitado para realizar ese trabajo, los psicólogos consiguieron recuperarlo y actualmente continua en activo. Muchos dejaron el trabajo por no poder superar la tristeza de presenciar diariamente la perdida de vidas, cuando su actuación acaba con la salvación, estaban contentos, pero en el siguiente servicio podía volver la tragedia. Hoy Juan se está acordando de todos, y se estaba acordando porque está en el suelo atendido por su compañero, al llegar a un accidente, salió rápidamente de la ambulancia y un coche saltándose todas las señales, le arroyo, el golpe fue casi mortal, su experiencia le decía que al día siguiente sería un número en las estadísticas de fallecidos en carretera. Las noticias de los periódicos al día siguiente era concisa y clara. —conductor de ambulancias atropellado por un joven que dio positivo en alcohol y drogas, sus compañeros no pudieron hacer nada por salvar su vida, deja viuda y tres hijos—

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